Con un amor al fútbol desde la niñez, Andrea González es ahora entrenadora con título clase B, con el que se dedica a la formación de jugadores y también es entrenadora del Marte Soyapango femenino.
Sus inicios puede decirse que fue de casualidad tras llevar a su ahijada a unos entrenos, donde pasó de ayudar con las formaciones, ser representante, hasta armar la escuela de fútbol «El Limón».
«De manera empírica inicié sin saber prácticamente nada de fútbol, conocí a mi esposo, coincidimos en el mismo lugar, a la fecha se convirtió en mi apoyo incondicional porque fue el que me impulso a estudiar para ser entrenadora profesional», recuerda Andrea González.
Sobre el interés de trabajar con niños, Andrea comenta: «Decidí trabajar con niños al ver que en mi municipio son pocas las escuelas de fútbol que trabajan con niños de edades tempranas, ahí donde se puede influir de manera positiva en la formación futbolística y personal de cada niño, se requiere de mucha paciencia y dedicación, son como esponjas a esa edad».

Además de estar con niños, Andrea González es la entrenadora principal del Marte Soyapango femenino, equipo que compite en el torneo de la ADFA, que ha servido como semillero para el fútbol femenino de la primera división.
«Ellas (jugadoras) son muy aplicadas, han logrado entender que cualquier corrección que se les hace es para sacar lo mejor de ellas, trato de no solo ser una entrenadora, también ser una amiga en la que puedan confiar», nos dijo sobre su relación con sus pupilas.

Andrea González también ha visto a jugadores que entrenó de niños, dar el paso a ligas importantes, «el más reciente fue en tercera división, un jovencito que viene desde el nivel 2 en la cantera de Marte Soyapango, sentí emoción hasta ganas de llorar cuando debutó pues. Me dio satisfacción de ver que algo bueno estamos haciendo, sabemos que la recompensa de todos los esfuerzos que hacemos cada día vendrá de lo alto», afirmó.
Respecto a su mayor reto como entrenadora, Andrea es clara: «como toda mujer demostrar que el fútbol no es solo para hombres, nosotras también podemos capacitarnos, aprender, siempre y cuando no seamos cerradas y nos dejemos ayudar. Uno de mis grandes retos fue armar el baby-fútbol desde cero, ahora tengo más de 30 alumnos, es algo que me llena de orgullo porque ha sido fruto de mi esfuerzo».
Finalmente, sobre sus aspiraciones en el futuro, Andrea González confesó en: «poder graduarme cómo entrenadora clase A, tener una capacitación en el extranjero. En lo personal tener una mejor comunión con Dios, porque él es mi guía y mi fortaleza para poder realizar todos mis proyectos».
