Diez mil toneladas de basura se acumulaban este viernes en las calles de París, en el marco de una huelga de los basureros contra la impopular reforma de las pensiones del presidente liberal Emmanuel Macron, indicó la alcaldía.
La nueva estimación, superior a las 7,600 toneladas de principios de semana, se produce después que el ministro del Interior, Gérald Darmanin, afirmara que las requisiciones de huelguistas estaban funcionando.
«Desde hoy, desde esta mañana, esta requisición funciona y permite recolectar esta basura», dijo en la cadena RTL Darmanin, aunque el entorno de la alcaldesa socialista Anne Hidalgo indicó que «no salió ningún camión del lado público».
Los empleados municipales del servicio de recogida de basura iniciaron hace 12 días una huelga y el bloqueo de los incineradores de la ciudad en protesta contra el proyecto de Macron de hacerlos trabajar dos años más.
Estos garantizan la recolección de la mitad de los 20 distritos de la capital, mientras que el resto está a cargo de empresas privadas. Estas últimas siguieron trabajando y algunas firmaron contratos para limpiar las zonas afectadas.
«No hemos tenido ningún camión en los distritos con recogida pública», confirmó Delphine Bürkli, alcaldesa del distrito IX, quien pidió movilizar al «ejército para despejar las calles».
Los trabajadores de este sector consultados por la AFP están decididos a continuar su huelga hasta el lunes, máxime cuando la adopción por decreto de la impopular reforma reactivó las protestas.
«Los basureros tienen doce años menos de esperanza de vida y siete años menos, los empleados del alcantarillado», señaló Frédéric Aubisse, un alcantarillero de 54 años. Con dos años más, «vamos a morir en el trabajo», agregó.