Así como rompe la montaña para sacar material selecto con la excavadora hidráulica o pala mecánica, Elda Meléndez, de 40 años, también ha roto estigmas y paradigmas en el mundo de la construcción, dominado por hombres, en el cual es una de las pocas mujeres en el país operarias de maquinaria pesada, carrera que en la que se ha forjado un nombre propio desde hace más de 20 años.
Santaneca de corazón y jefa de hogar, Meléndez inició a romper esquemas tradicionales en la construcción en 2001, en su primer trabajo, cuando comenzó a manejar minicargadores para una empresa de construcción, abriéndose paso en un camino que, asegura, no ha sido fácil debido a la falta de oportunidades para las mujeres en este rubro.
«En 2001 un tío me enseñó, yo inicié con maquinaria pequeña, un minicargador. En ese tiempo no se me dificultó, pero después entrar en este rubro me fue difícil. Los empresarios nunca han creído en una mujer para esto [manejar maquinaria]. Ha sido difícil, pero aquí seguimos. Mi capacidad la he demostrado con trabajo», dice la operaria de excavadoras.
Durante su trayectoria, en la que se tomó un par de años para atender la maternidad de sus dos hijas, ha trabajado incluso para empresas de construcción internacionales y actualmente opera una de las nuevas excavadoras hidráulicas que adquirió recientemente la alcaldía de Santa Ana, donde se ha hecho con una plaza de operaria.
Meléndez se siente orgullosa y emocionada por lo logrado en su carrera, en la que ha contribuido en diferentes proyectos de construcción en los que ha enfrentado y superado muchos retos, trabajando en condiciones de riesgo como sacando tierra y material selecto al borde de taludes, añadiendo además el trato discriminatorio que ha recibido por el simple hecho de ser mujer.
«Yo me siento grandiosa. Cuando me veo en la máquina ni me lo creo que estoy aquí. No ha sido fácil. El machismo es duro, pero mi orgullo como mujer de aprender y saber de esto me ha hecho más fuerte», sostiene sin perder ni un ápice de feminidad.
A pesar de todas las dificultades que ha pasado en el mundo de la construcción, Meléndez sostiene que, si volviera a nacer, nuevamente manejaría maquinaria pesada, trabajo con el cual mantiene a sus hijas.
«Sin duda lo volvería a hacer porque este trabajo me encanta, a mí este trabajo me fascina. Yo soy mujer 100 % y me siento muy bien manejando la excavadora. Este es un trabajo excelente, es un orgullo, uno de mujer se siente orgullosa», sentenció.