Miriam Gerardine Aldana es abogada y notaria de la república, máster en Derechos Humanos y Educación para la Paz. Ocupa el cargo de procuradora general de la república desde hace tres años y su liderazgo ha permitido desarrollar su trabajo de manera efectiva. Ella es la quinta mujer al frente de la institución.
Detrás de la figura de procuradora se encuentra una mujer, hija, madre de tres hijos y esposa, que desde su juventud ha trabajado en el servicio comunitario formando parte de grupos juveniles, sociales y religiosos.
Reconoce que la enseñanza de sus padres de que asumiera grandes retos en la vida, la llevó a postularse como titular de la Procuraduría General de la República (PGR), lo que logró basada en su amplia experiencia profesional, donde incluye su desempeño al frente de tribunales de justicia.
Las características que destaca en toda mujer -y que cumple para sí- son el liderazgo, empatía y la capacidad de poder visualizar la realidad nacional. Además de tener la capacidad de detectar y trabajar en función de grupos vulnerables, de manera concreta con niños, adolescentes y mujeres.
Tener la habilidad de negociación para generar condiciones con el paradigma ganar-ganar, la generación de políticas de inclusión y no discriminación, así como de igualdad, son otras cualidades que toda mujer debe poseer, señala.
«Dentro del liderazgo femenino, tenemos la capacidad para romper paradigmas, estereotipos, modernizar y transformar la sociedad», dice.
Desde la PGR, y con la idea de llevar a cabo la transformación y el rompimiento de esquemas tradicionales, la procuradora destaca la habilitación de las líneas de atención virtuales de todos los servicios que corresponden a la institución, sobre todo por la época de pandemia.
Además, cuenta con un área para las mujeres víctimas de violencia, que combina atención multidisciplinaria. No menos importante ha sido la campaña se sensibilización «Rompe el silencio», con la que se espera que las mujeres identifiquen cuáles son las instituciones y las rutas de atención que velan por sus derechos.
En 2019, la procuradora general realizó la Ruta del Migrante, durante la cual conversó con los cónsules de Guatemala y México con la intención de redoblar esfuerzos en la atención que se brinda a los connacionales que intentan llegar a Estados Unidos de manera indocumentada.
Según dijo, solo un trabajo articulado permitirá velar por los derechos y la integridad de los grupos identificados como vulnerables o en situación de riesgo.
Al evaluar su rol como mujer y las obligaciones que demandan su cargo, la procuradora admite que enfrentó algunos retos, sobre todo para equilibrar sus responsabilidades públicas y en el hogar.
«El primer reto fue buscar y encontrar el equilibrio de manera tal que pudiera cumplir con los roles (madre, esposa) y, además, con roles que he desempeñado de manera voluntaria como es la docencia de pregrado y postgrado», dijo.
Indicó que ser mujer y asumir el cargo dentro de una institución pública le ha permitido utilizar las virtudes de su liderazgo para así promover un trabajo constructivo, colaborativo y de inclusión.
Sobre el Día Nacional e Internacional de la Mujer, la funcionaria llama a las mujeres a retarse a sí mismas, que no tengan miedo de tomar de asumir cargos públicos. Al tiempo de exhortarlas a que eliminen acciones de autoexclusión derivadas de posibles miedos por los estereotipos.
«El primer gran reto para las mujeres es que se reten a sí mismas. Estoy totalmente convencida que las características de liderazgo femenino son virtudes que se aprovechan cuando se llega a los puestos de toma de decisión, para generar una igualdad sustantiva entre hombres y mujeres», recalcó.
Mujeres al frente
Desde 1939 que se fundó la institución, cinco mujeres han desempeñado el papel de procuradoras y han cumplido con la misión de defender los derechos de las personas, la familia y la sociedad, promoviendo y facilitando el acceso a la justicia para contribuir a la seguridad jurídica y social del país. El resto de períodos los han ocupado hombres.