«Obviamente nunca nos imaginamos que íbamos a vivir algo que nos iba a cambiar la vida. Me causó temor, porque iba a los centros de contención a trabajar con gente más que todo que venía del extranjero, y no sabía si venían contagiados. Pero cuando uno enfrenta la situación, uno se encomienda a Dios y sigue las medidas de prevención», relata Maritza Hernández, quien se desempeña como enfermera desde hace cuatro años en la Unidad de Salud Barrios, en San Salvador.
En reconocimiento al trabajo que todo el personal de salud ha realizado en primera línea desde el inicio de la emergencia sanitaria por la COVID-19, fueron beneficiados con la entrega de tres bonos de $150 cada uno. «Fue una gran ayuda que el Presidente (Nayib Bukele) nos dio, realmente nos ayudó mucho, porque nosotros no hemos parado de trabajar en ningún momento. Nos ayudó para alimentación, no solo para nosotros, sino para toda la familia», aseveró Hernández.
De acuerdo con lo expresado por el ministro de Salud, Francisco Alabí, todo el personal de la red pública recibió los tres bonos que el presidente de la república, Nayib Bukele, prometió el pasado 10 de abril.
«Son más de 35,000 profesionales de la salud solo en el Ministerio de Salud (los beneficiados). Hasta la fecha se han entregado tres bonos de $150 para el personal de primera línea, y esto ha sido un apoyo en el contexto de esta crisis sanitaria», detalló el funcionario.
En esta crisis sanitaria, a la que Maritza se ha enfrentado a diario desde hace ochos meses, no solo le tocó apoyar a otros enfermos de COVID-19, sino también conocer de primera mano la gravedad de esta enfermedad. Vivió el virus en carne propia. «Yo puedo decir que lo sobreviví, gracias a Dios, porque a mí me dio. No se lo deseo a nadie. En el caso de nosotros, perdimos un compañero a causa de la enfermedad», relató, a la vez que detalló los momentos duros de esos días en los que su mayor temor era contagiar a sus dos hijos y al resto de su familia.
Maritza también afirmó que los días en los centros de salud son diferentes. La manera en la que se maneja el cuadro clínico de cada paciente cambia de acuerdo con su condición; sin embargo, el objetivo continúa siendo el mismo que se planteó cuando tomó la decisión de estudiar enfermería: aliviar sus necesidades y salvar a toda costa sus vidas.
«Yo estudié esto para ayudar a las personas, para aliviar sus necesidades, cumpliendo con los principios que rigen al personal de enfermería. La satisfacción más grande para mí es ver recuperado a un paciente. En mi caso que estoy en primer nivel, si mandamos a un paciente referido [a otro centro de salud] después de darle la primera atención por alguna enfermedad, y luego regresa porque superó su enfermedad, es una satisfacción muy grande porque significa que estás haciendo bien tu trabajo», relató.
En su caso personal, y en cumplimiento de otro de los principios de la enfermería: «proteger al hombre de agentes externos que causan enfermedades», recomienda a la población continuar cumpliendo con los protocolos preventivos, ya que el virus sigue latente y el riesgo de contraerlo es grande.
«Es importante que se sigan cuidando porque hay gente que llega y dice que es mentira, que el virus no existe. Pero los que ya pasamos por eso no podemos decir que es mentira, siempre se les va a decir que se cuiden, porque el uso de la mascarilla va para largo», finalizó la enfermera.
En tanto, todos los días llega a su lugar de trabajo con el objetivo de dar la mejor atención a cada persona que hace uso de los servicios de la Unidad de Salud Barrios.