El bicentenario de la independencia ha coincidido con una época de cambios en El Salvador.
En política, economía, salud, seguridad y obras públicas, por mencionar algunas áreas, se impulsan planes a gran escala.
Desde la presidencia de la república se lideran las acciones para transformar el país.
Durante el mensaje del bicentenario, el pasado 15 de septiembre, el presidente de la república, Nayib Bukele, llamó a confiar en las medidas que se ejecutan.
«Veamos el futuro con optimismo y esperanza, con la certeza de estar construyendo el país que siempre soñamos», dijo, al tiempo que invitó a la ciudadanía a participar en esta transformación. «Todos estamos escribiendo la historia. Todo lo que hagamos o no hagamos […] definirá en gran manera el país que seremos en el futuro», agregó.
A escala económica destaca la entrada en vigor del bitcóin como moneda de curso legal, lo que convierte a El Salvador en el primer país del mundo en adoptarla.
Desde la Asamblea Legislativa se saldó la deuda con la comunidad de salvadoreños en el extranjero, al aprobarse el voto desde el exterior; además, se ha legislado para permitir que los miembros de la diáspora opten a cargos de elección popular.
En lo educativo se impulsa el plan nacional de educación, que incluye la dotación de computadoras, mejora de la infraestructura educativa, capacitación a docentes, modelos pedagógicos flexibles y virtuales, así como nuevas pruebas para medir el aprendizaje.
En cuanto a la salud, los esfuerzos en la atención de la pandemia de la COVID-19 han hecho posible prevenir contagios, evitar muertes y construir infraestructura de calidad y suficiente para inmunizar a la población.
Además, se han desarrollado planes para mejorar la cadena de hospitales nacionales, así como proyectar nuevos.
Las estrategias de seguridad pública, sobre todo el Plan de Control Territorial, han permitido dar duros golpes a la delincuencia común y organizada, combatir el tráfico de drogas y el contrabando de mercadería y capturar a cientos de delincuentes que roban la paz y la tranquilidad de la ciudadanía.
Obras públicas emblemáticas, como el viaducto de Los Chorros, forman parte del nuevo rostro que tendrá el país, a lo cual se suma el ambicioso proyecto de aerotrópolis en el oriente del país. Hay muchos planes y mucha esperanza.