En Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos, se clausuró esta semana la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP28. A pesar de la incertidumbre que reinó durante buena parte del cónclave internacional, se emitió una resolución que hará historia. Por primera vez se incluye en un documento oficial internacional un acuerdo para comprometerse a abandonar los combustibles fósiles.
Este «principio del fin» de la era de los combustibles fósiles establece una transición respaldada con fuertes recortes en las emisiones y el financiamiento para las fuentes limpias de energía. Es muy importante destacar que la cumbre se llevó a cabo en una de las naciones productoras de petróleo y que incluye un fuerte compromiso de este y otros países para echar a andar el acuerdo.
Por primera vez en la historia de las cumbres climáticas se incluye el objetivo de abandonar los combustibles fósiles y no solo de reducir su consumo, como había sucedido hasta ahora. Y debe destacarse que el acuerdo incluye el compromiso de 200 países para abandonar al petróleo como fuente principal de energía.
La COP28 ha concluido con lo que se denomina «balance mundial», que establece que las emisiones contaminantes deben reducirse un 43 % de aquí a 2030, en comparación con los niveles de 2019, para limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados.
Se trata de un objetivo muy ambicioso y complejo que pone de manifiesto la voluntad de países y empresas para ponerlo en marcha. En el Gobierno del presidente Nayib Bukele ha habido un impulso para potenciar las energías renovables. Recientemente, el gobernante inauguró la Central Hidroeléctrica 3 de Febrero para inyectar electricidad al mercado salvadoreño procedente de la generación hídrica, es decir, una de las fuentes menos contaminantes.
La Dirección General de Energía, Hidrocarburos y Minas, dirigida por Daniel Álvarez, privilegia las fuentes renovables, como la hidroeléctrica o la geotermia, para que El Salvador sea una nación sustentable.
Si bien el impacto global de las acciones salvadoreñas es modesto, suma para el objetivo mayor de lograr un planeta más verde, con empresas sustentables y una economía que respeta a la naturaleza.
Los retos son muy grandes y naciones como China llevan la delantera al sustituir su parque vehicular de motores de combustión por otros eléctricos, un paso que muchos países deberán tomar para cumplir el compromiso de reducir las emisiones contaminantes.