La población en situación de extrema pobreza en Brasil cayó un 40 por ciento en 2023, en comparación con el año anterior, sobre todo en el caso de las mujeres negras (45,2 por ciento), reveló hoy martes el Observatorio Brasileño de las Desigualdades.
Según el informe del organismo, con datos de la Encuesta Nacional Continua por Muestra de Domicilios del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), en cuanto a regiones, la más destacada fue el Noreste que redujo el porcentaje de personas en situación de extrema pobreza del 4,7 por ciento en 2022 al 2,7 por ciento en 2023.
Se consideraron en situación de extrema pobreza las personas con una renta familiar real mensual per cápita inferior o igual a 105 reales (unos 19 dólares) en 2022 y a 109 reales (unos 20 dólares) en 2023.
Sin embargo, la desigualdad de ingresos se mantuvo en niveles elevados: el 1 por ciento más rico tiene una renta media mensual per cápita más de 31 veces superior a la del 50 por ciento más pobre, aunque hubo un descenso del 20 por ciento en el desempleo y un aumento real del 8,3 por ciento en la renta media de todas las fuentes.
Una vez más, destacaron las mujeres, con un aumento real del 9,6 por ciento. Por su parte, los hombres experimentaron un aumento del 7,7 por ciento.
A pesar de que las mujeres registraron las mayores ganancias en el periodo, Brasil sigue enfrentándose a una enorme brecha salarial entre hombres y mujeres. La encuesta muestra que la remuneración de las mujeres es un 27 por ciento inferior a la de los hombres.
Además, los datos también ponen de manifiesto la disparidad racial: las personas de raza negra tienen ingresos mensuales medios un 41 por ciento inferiores a los de las personas que no son de raza negra.
En un plano aún más específico, las mujeres negras ganan un 57 por ciento menos que los hombres no negros.