«Son las peores cuentas de la historia del Barça», admitió en su discurso el presidente Joan Laporta, elegido para el cargo a comienzos del pasado mes de marzo, por lo que atribuyó las cuentas a «las graves deficiencias en la gestión de los anteriores gestores», con el expresidente Josep María Bartomeu a la cabeza, por lo que no se descarta presentar una demanda contra los exresponsables de la entidad.
El mandatario explicó que los ingresos del club en el ejercicio pasado fueron «un 24% inferiores a los presupuestados» por la antigua junta directiva, en parte también por los efectos de la pandemia del Covid-19.
«Llevamos seis meses trabajando incansablemente para sacar a la entidad del pozo institucional en el que hemos caído. Esta situación no la vamos a arreglar de un día para otro», reconoció Laporta.
Dirigiéndose a los socios, propietarios del club, Laporta explicó: «Tenemos que arremangarnos para reflotar la situación para volver a llevar al Barça al lugar que se merece, pero no podemos hacerlo solos».
Y defendió el modelo del club, propiedad de sus socios, a diferencia de muchos de sus rivales europeos, que cuentan con propietarios multimillonarios o fondos de inversión.
«Hoy, más que nunca, el Barça está en sus manos. Ni de ningún estado, ni de fondos de inversión. El Barça es y será siempre, al menos mientras continuemos dirigiendo el club, de los socios y socias del FC Barcelona».
«El Barça sólo pertenece al Barça, y ningún poder financiero, político o mediático podrá cruzar una línea roja que nos hemos marcado. Defenderemos la bandera de nuestro club con más fuerza y determinación que nunca», insistió.
Por otra parte, los socios aprobaron el presupuesto para la temporada 2021-2022, que es de 765 millones de euros (unos 887 millones de dólares).