La gran ceremonia para el sistema de riego Dujiangyan, en Chengdu, capital de la provincia de Sichuan, en el suroeste de China, se celebró este jueves. Miles de invitados experimentaron esta tradición, patrimonio mundial, vistiendo el colorido hanfu durante el Festival Qingming.
La presa en la montaña Qingcheng Shan, cuna del taoísmo, a la orilla del río Minjiang (del sistema Yangtse), funciona desde el año 246 a.C. Esta no usa ningún tipo de maquinaria, pues todo es de forma natural. La tradición tiene lugar en la primavera.
La ceremonia inició por la mañana al aire libre con la explicación de la historia que abarca 2,280 años de «beneficiar a la gente en ese momento y hacer contribuciones durante miles de años». El caudal alimenta la vida de 25 millones de habitantes de siete ciudades y 40 condados.
La represa en Dujiangyan fue diseñada por el gobernador Li Bing y su hijo Er Lang durante la dinastía Qing para controlar las inundaciones y las sequías. La figura de Li Bing representa para los chinos a muchas generaciones de trabajadores del vertedero.
Miles de locales e invitados extranjeros se reunieron entre cánticos y colores para agradecer la abundancia del agua. 21 cuerpos consulares acreditados en Chengdu y representantes de más de 40 ciudades o provincias hermanas de Sichuan asistieron.
Shabaz Khan, representante de la Oficina en China de la UNESCO, reconoció los esfuerzos de la República Popular China en el campo de la conservación del agua, así como el desarrollo de la ciudad de Dujiangyan.
«El Proyecto de Conservación del Agua de Dujiangyan es la fuente de la «Tierra de la Abundancia». Está catalogado como Patrimonio Cultural Mundial. Es el proyecto más exitoso del mundo que realiza la desviación de agua sin represas, así como un tesoro de la cultura mundial», dijo Khan.
Antes del levantamiento de la barrera para dar paso al cristalino caudal del río Minjiang, todos los asistentes se unieron solemnemente para recitar la «canción liberadora de agua».
El área de riego cubre 28,600 kilómetros cuadrados. El jueves, cada una de las 40 provincias presentó sus respetos llevando ante la figura de Li Bing productos especiales de sus tierras, como frutas, granos y cultivos. Uno a uno entonaron a viva voz en su dialecto nativo sus deseos para el Festival de Liberación del Agua.
Finalmente, el heraldo anunció «¡Corten las vallas y suelten el agua!», con lo que se derribó el dique y corrió de lleno el caudal del río Minjiang.
A fin de año, los locales vuelven a levantar las barreras. Esta ceremonia se celebra desde el año 978 para «liberar las aguas». Cada año, durante el Festival Qingming, millones de chinos conmemoran a sus muertos.