El Fondo Monetario Internacional advirtió ayer que la pandemia tendrá una fuerte repercusión en el empleo en Latinoamérica, con un aumento significativo de la pobreza y un retorno al ingreso real per cápita previo a la COVID-19 en 2025.
«Se prevé que el shock de la COVID19 tenga un amplio impacto en el empleo y borre parte de los avances sociales logrados por la región hasta 2015», se lee en los documentos del FMI, que incluyen perspectivas económicas para América Latina y el Caribe.
«Las estimaciones actuales indican pérdidas de ingreso duraderas, y se proyecta que la pobreza aumente sustancialmente en 2020», añadió.
El FMI estima una contracción del producto interno bruto (PIB) regional de 8.1 % en 2020. Pero, a diferencia de lo ocurrido en recesiones anteriores, el empleo se contrajo más fuertemente que el PIB en el segundo trimestre de 2020: más de 30 millones de personas se quedaron sin trabajo en Brasil, México, Chile, Colombia, México y Perú.
Las pérdidas de empleo fueron más marcadas entre las mujeres, en especial en Brasil, Colombia y Perú, así como entre los jóvenes y los trabajadores poco calificados.
También fue grave la incidenciade la pandemia en el empleo informal, que en otras recesiones actuó como amortiguador. Y en los países altamente dependientes del turismo, como los caribeños, la pandemia fue como un «paro cardíaco», dijo el FMI.
¿OTRA DÉCADA PERDIDA?
Aspectos estructurales del mercado laboral regional, donde el 45 % de los empleos está en sectores de alto contacto social y el teletrabajo es posible en solo uno de cada cinco casos, exacerbaron el impacto económico.
«Estas dos características, combinadas con una contracción comercial y una turbulencia financiera causadas por la debilitada economía mundial, contribuyeron al colapso histórico de la actividad», explicó Alejandro Werner, director para las Américas del FMI.