Seguramente en más de una ocasión has logrado apreciar el espectáculo que brindan los hermosos trajes de fantasía durante las pasarelas en distintos certámenes de belleza a escala mundial, pero te has puesto a pensar quiénes están atrás de estos ingeniosos y creativos diseños.
En el caso de El Salvador, la genialidad, el color y el brillo se han puesto de manifiesto en cada una de las piezas que el diseñador y artista Francisco Guerrero recrea para las máximas representaciones de belleza salvadoreña en el extranjero y también a escala nacional.
Guerrero, originario de la ciudad de Chalchuapa, en Santa Ana, elabora coloridos trajes de fantasía desde 2012, cuando incursionó en el mundo de los reinados de belleza por casualidad, ya que, aunque siempre estuvo inmerso en las artes manuales, sus deseos siempre estuvieron más relacionados con la pintura.
«Mi pasión era la pintura. Nunca m imaginé haciendo trajes de fantasía. Sí me gustaba ese mundo, el modelaje y los eventos de belleza, pero nunca lo pensé. Fue hasta en 2012, porque una amiga estaba compitiendo para las fiestas julianas, que elaboré mi primer traje», dijo.
Desde entonces, ha tenido la oportunidad de vestir a diferentes reinas y de aportar a cada diseño un contexto cultural de nuestro país perfectamente fusionado con las características que exige este tipo de concursos.
Cuando comencé a elaborar trajes en distintos municipios, mis trajes no solo eran plumas y brillos; mostraban arte en otra faceta, porque eran lienzos vivientes. Una fusión entre nuestra cultura, la pintura y el brillo», afirma.
¿Quién es Francisco Guerrero?
Tiene 33 años y se autodenomina amante del arte. Desde su infancia tuvo presente en su vida distintas expresiones artísticas, como el dibujo y la pintura, que tuvo el placer de conocer en un taller al que acudió por más de cinco años, a cargo de la pintora Blanca Morán. Posteriormente, por dos años asistió a otro taller bajo la tutela del maestro David Alonso, en la rama de la pintura.
Fascinado por el mundo artístico, Guerrero decidió encaminar su vida profesional en la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad de El Salvador, donde para costear sus estudios debió hacer uso de su talento artístico como medio de supervivencia.
«Mi familia no quería que estudiara Artes Plásticas porque no creía que podía vivir de eso. A raíz de la insistencia de ellos estudié un año de Ingeniería Civil, pero después, en contra de mi familia, me pasé a lo que yo quería. Comencé a estudiar artes y, bueno, para pagar mis estudios comencé a vender muñecos que yo elaboraba. Pensé: “Si de arte quiero vivir, arte tengo que hacer”», narró.
A partir de ahí incursionó en los eventos de belleza, donde gracias a su talento y creatividad pronto comenzó a cosechar éxitos hasta destacarse como uno de los mejores en la elaboración de trajes de fantasía.
Con un traje improvisado, pero bien hecho, Francisco se abrió las puertas en el complejo mundo de la creación de penachos y lentejuelas, experiencia que más tarde lo llevaría a diseñar para las representantes de El Salvador en el más grande concurso de belleza internacional, Miss Universo.
«Todo comenzó con la elaboración de un traje. Yo nunca había hecho eso. A mí me gustó, pero no era diseñador. Para mi sorpresa, el traje quedó en primer lugar y luego el organizador me propuso vestir a otras tres niñas en otro evento donde también mis trajes quedaron en primero, segundo y tercer lugar. Después, en otro concurso, donde ya era una verdadera competencia, me pidieron hacer un verdadero traje de fantasía. Ahí salí de mi zona de confort. En ese evento fue donde se me abrió una puerta más», afirmó.
EL SUEÑO DEL MISS UNIVERSO
En 2014, tras haber competido en un certamen local, Francisco Guerrero conoció a Tony Melara, director de Nuestra Belleza El Salvador, que era el certamen encargado de elegir a las representantes del país en los más prestigiosos concursos de belleza a escala internacional.
Melara, al conocer el trabajo de Guerrero, le propuso formar parte de las opciones para vestir a la representante salvadoreña, y logró que lo que comenzó como una casualidad pronto se convirtiera en el sueño de todo diseñador: representar al país con sus piezas en el más grande concurso de belleza del mundo.
«En ese momento pensé: “Quizá necesita que le pinte un set, quiere que haga una pieza artesanal, y así”. Nunca pensé que la propuesta sería vestir a Miss Universo. Bueno, mi respuesta fue no, porque yo no me consideraba diseñador. Sin embargo, él comentó que mi trabajo le llamó la atención porque lo veía completamente artístico, es decir, de transformar una materia inerte a algo completamente fabuloso, por lo que esperaba mi propuesta para el día siguiente».
En esa ocasión, el joven diseñador presentó sus ideas para el traje de fantasía de Larissa Vega, representante de Miss Mundo. Su diseño compitió con otras 10 propuestas de destacados diseñadores de trajes para certámenes.
«En el caso de Larissa me pedían algo que nunca había hecho, me pedían algo con mucho volumen pero que, como iba para Londres, tenía que caber en una maleta. Querían algo sensual y a la vez conservador, querían algo con mucho escándalo y con mucho brillo, pero que no llevara lentejuelas. Yo me quedé pensando: “¿Y qué hago?”. Pero el papel aguanta todo y esa misma noche comencé a hacer el diseño», contó.
Tras una semana de espera y con una idea de algo que él creía imposible, el joven recibió la llamada que le anunció que él sería el próximo diseñador oficial del traje de fantasía de Miss Mundo de ese año, y logró que el traje de Larissa, de 130 países participantes, entrara en el top 12 de los mejores.
Aún con la emoción reciente y con una gran incredulidad en su trabajo, Guerrero envió la propuesta para el traje de fantasía para la representante de Miss Universo Patricia Murillo. Esta vez hacía referencia al castigo del dios Tláloc a Sihuehuet, al convertirla en Siguanaba.
Tras resultar electo para diseñar el traje, El Salvador se agenció el pase del top 10 dentro de los mejores en el Miss Universo celebrado ese año en Miami, Estados Unidos.
5,800 flores de Izote
Actualmente, Francisco Guerrero es el diseñador oficial de los trajes de fantasía de Reinado de El Salvador, organización encargada de elegir a las representantes para Miss Universo y otros concursos de gran renombre a escala internacional.
Uno de los detalles del diseñador es que la costura base del traje no está a su cargo. Él se encarga, sobre todo, del diseño, de la pintura, la decoración y del montaje. Guerrero cuenta con un equipo de 12 personas que ayudan con la elaboración de los trajes de fantasía; entre ellos, hay soldadores y carpinteros, que recrean las estructuras; electricistas, que se ocupan de la iluminación cuando los trajes lo necesitan, y, por supuesto, costureras, bordadoras y transportistas.
El tiempo para la elaboración de los trajes puede durar desde dos semanas hasta tres meses. Hasta la fecha, el traje más elaborado ha sido el de Vanessa Velásquez para el certamen de Miss Universo 2020.
El traje Flor de Izote contaba con 5,800 flores que fueron dibujadas, cortadas, pintadas y ensambladas, además de la colocación de las 4,000 piedras brillantes que fueron pegadas una a una, a mano, en todo el vestido.
Creaciones recientes
Desde 2014 hasta la fecha, Francisco Guerrero ha tenido la oportunidad de vestir a cuatro Miss Universo en traje de fantasía, y con ello la controversia típica que caracteriza a estos certámenes de belleza se ha hecho presente.
En el último año, la creatividad y el buen gusto del diseñador han logrado otorgar al país el reconocimiento que merecen estas majestuosas creaciones, ya que ha sabido transmitir la idiosincrasia del país por medio del arte en un traje.
La creación más reciente para Miss Universo es la que portó Vanessa Velásquez en 2020. Este traje representaba una exuberante y majestuosa flor de izote, como emblema nacional y fiel divulgadora de la cultura salvadoreña.
El traje destacó no solo por su volumen y la belleza característica de la flor, sino también por la detallada elaboración que incluía. El santaneco ha diseñado trajes de fantasía para representantes de otros certámenes de belleza de talla mundial, como el de Tiffany Katota, reina Hispanoamericana El Salvador, quien lució un colorido traje alusivo al tradicional torito pinto.
La representante salvadoreña destacó en el certamen ya que, además, representó el tradicional baile de los toritos pintos cuando estos alegran las fiestas patronales.
Fotos: Fernando Cruz
En el caso de Fabiola Samayoa, Miss Intercontinental El Salvador, representó al país con un hermoso traje en honor del árbol de maquilishuat, en el cual destacó el rosado de los pétalos de las flores que adornaban desde la cabeza hasta los pies. Mientras que Édgar Angulo, Mister Model El Salvador, portó un traje que refería a «La danza del tigre y el venado».