Francia podría registrar cortes de electricidad a partir de enero de 2023, advirtió el Gobierno, que urge a la población a cambiar sus hábitos de consumo durante el invierno boreal (desde finales de diciembre hasta marzo) y busca compensar con importaciones de países vecinos los problemas en sus reactores nucleares.
Escuelas cerradas media jornada, zonas sin telefonía móvil ni acceso a internet y trenes o metros anulados para evitar acabar con pasajeros bloqueados son algunas de las consecuencias de los eventuales cortes de electricidad.
«Como excluimos correr el riesgo de un apagón [total], preparamos todos los escenarios para enfrentar todas las situaciones», indicó ayer el portavoz del Gobierno, Olivier Véran, a los medios BMFTV y RMC.
Esta amenaza pende desde hace meses sobre Francia, que suma su situación interna a una coyuntura marcada por la caída del suministro de gas ruso en Europa a raíz de la operación rusa en Ucrania en febrero.
En 2021, la energía nuclear garantizó un 69 % de la producción eléctrica de la segunda economía de la Unión Europea (UE), pero actualmente alrededor de la mitad de sus 56 reactores están cerrados para controles, tras detectarse problemas de corrosión.
Para evitar eventuales cortes, el operador del transporte de electricidad RTE indicó ayer que Francia «importará mucha electricidad este invierno» boreal de sus vecinos, Alemania, Reino Unido, España, entre otros.
«Francia era históricamente un gran exportador porque tenía un parque nuclear muy grande, y ahora parece que tiene dificultades temporales» que «se resolverán, pero tardarán unos años», dijo al medio Franceinfo Xavier Piechaczyk, presidente del directorio de RTE.
En los últimos meses, la estrategia del gobierno del presidente liberal Emmanuel Macron se ha centrado en llamar a particulares y empresas a la sobriedad energética, con el objetivo de reducir un 10 % el consumo en dos años respecto a 2019.
El abanico de medidas es amplio.