La Fuerza Naval continúa brindando aportes significativos a El Salvador no solo por el trabajo que efectúa en altamar combatiendo la narcoactividad mediante la Fuerza de Tarea Tridente, sino porque se ha convertido en el semillero de la nueva generación de marinos mercantes que se preparan para trabajar en buques y cruceros que recorren los lugares turísticos más visitados del mundo.
La institución ofrece oportunidades de capacitación en el Centro de Formación de Marinos Mercantes, situado en la base naval del departamento de La Unión, donde jóvenes de 18 a 35 años se preparan en actividades teóricas y prácticas para convertirse en mano de obra calificada y certificada que se vuelve atractiva para las compañías navieras internacionales.
Según datos oficiales, 600 alumnos se han graduado del curso de marino mercante, de los cuales más del 50 % ha sido contratado por importantes navieras. De esa manera, los mercantes salvadoreños aportan a la economía familiar, pues la oferta salarial en el nivel básico es de 1,200 a 1,500 euros con oportunidades de ganar más, siempre y cuando se tenga mejor preparación.
De acuerdo con la jefa del registro académico, teniente Doris Martínez de Arriaza, el sistema de formación que reciben los alumnos se rige bajo normas de calidad de carácter internacional, como la ISO9001-2015. El curso tiene un cupo máximo de 80 aspirantes.
«Son 10 cursos los que se imparten y, normalmente, comenzamos con primeros auxilios básicos. [En pruebas de fuego] usamos un maniquí de práctica en un contenedor, y los alumnos tienen que hacer la evacuación y brindar primeros auxilios», explicó.
Cada práctica que efectúan los aspirantes es supervisada por expertos de la Fuerza Naval, quienes simulan emergencias reales que podrían enfrentar en una embarcación, la cual tienen que resolver con éxito gracias a las técnicas de supervivencia y el manejo de equipo.
«La idea es que el alumno sepa que una emergencia no solo es un incendio, sino que también atender a un herido. Pero pueden surgir nuevas situaciones en una emergencia; es posible que tengan que abandonar un buque y tengan que sobrevivir en el mar», comentó la teniente Martínez.
TIEMPO DE PREPARACIÓN
El curso es desarrollado en siete semanas; al final, el marino mercante tiene la capacidad de aplicar primeros auxilios, desarrollar trabajo preventivo y extinción de incendios; para este último es adiestrado en el manejo de diferentes tipos de extintores y el uso de trajes de protección.
Los alumnos son capacitados también para dirigir a multitudes en circunstancias de emergencia, brindarles seguridad y manejar crisis. En condiciones de emergencia extrema, los nuevos marinos podrán tener un buen desempeño en el mar para salvaguardar su vida y la del resto de los tripulantes.
El curso incluye enseñanza técnica del inglés aplicado al ámbito marítimo, es decir, si necesita dar indicaciones al resto de la tripulación, emitir una voz de alerta o de ayuda.
Y aunque no es requisito el dominio del inglés, se recomienda que el aspirante maneje un nivel básico. Vale mencionar que a mayor dominio de ese idioma, las oportunidades de ser contratado aumentan.
El coordinador general del centro de formación, teniente Edward Arévalo Castaneda, se refirió a otros aspectos de la formación. «Los instructores se enfocan en ese objetivo, el de tratar de trasmitir de la mejor manera su conocimiento», comentó.
Agregó que cuando los cursos completan el máximo de aspirantes la planta de instructores es de entre ocho y 10; además, explicó que reconocen el desempeño de los tres mejores alumnos.
«La Organización Marítima Internacional nos exige tener norma de calidad y adecuada para los cursos; uno de los objetivos es el promedio de notas que ellos [alumnos] tienen al final del curso, es por eso por lo que cada año tratamos de mejorar para que la mayor cantidad de alumnos tenga buen promedio», dijo.
Los jóvenes interesados en inscribirse en este curso tienen que tomar en cuenta que no aplican aquellos que tengan antecedentes policiales o penales, tampoco si tienen tatuajes alusivos a estructuras criminales y como mínimo deben haber cursado noveno grado.