El impacto de la COVID-19 ha orillado a todos los gobiernos del mundo a replantear sus políticas fiscales y económicas para hacer frente a una de las mayores recesiones de la historia.
En este sentido, el director ejecutivo de Funde, Roberto Rubio, aseguró que El Salvador necesita acceder a créditos internacionales para recomponer la estructura económica y sacar adelante al país.
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Los países que requieren fondeos importantes suelen acudir a los organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que «ellos sí te pueden dar mucho más que el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Te pueden dar una buena cantidad para que reestructures tu deuda, los pagos, y tengas algo de dinero para funcionar», reflexionó Rubio.
A cambio de los préstamos — comentó el experto en una entrevista con TCS— la entidad multilateral pide a los países implementar ciertas políticas en la materia económica. «Medidas prácticamente de restricciones duras a nivel fiscal. Donde puede haber una presión fuerte es en el incremento del IVA», señaló.
Para Rubio, aunque el acuerdo entre el FMI y El Salvador es factible no llegaría hasta después de los comicios de 2021, debido al impacto electoral que dichos ajustes pudieran generar en la opinión pública.
«Después de las elecciones, el único salvavidas que podemos llegar a tener si no corregimos las cosas es el acuerdo con el Fondo; y sí va a ser un poco difícil la situación», consideró el economista.
Por su parte, el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, visualiza mejoras para la economía con la aprobación del Presupuesto General de la Nación 2021.
Zelaya reconoció que la caja fiscal del Estado está en una situación complicada como en todos los países del mundo. «Esta situación no solo es en El Salvador. Alemania informó allá por junio que sus gastos superaron a sus ingresos y que tiene un déficit presupuestario arriba del 2 %. Eso indica que una de las economías más fuertes de Europa también ha sido doblegada por la pandemia. Imagínense El Salvador».
En ese punto, agregó que se heredó un 70 % de la deuda de anteriores administraciones y, desde que asumió el presente gobierno, se han pagado más de $3,000 millones. «La situación fiscal y la rigidez que ellos nos heredaron son tan complicadas que el margen de maniobra que nosotros tenemos para política fiscal es bien mínimo», afirmó.