¿Se imaginan la historia de un animal que, de pronto, parece haber tomado consciencia de cómo los humanos pueden atacarlo y decidiera tomar acciones contra ellos? Lo que suena a guion de una película de terror ha pasado a ser una realidad, según medios internacionales y portales especializados en Medio Ambiente como National Geographic.
Se trata de una ballena orca llamada «White Gladis», la cual es la presunta responsable de guiar a otras de su especie a atacar embarcaciones en las aguas de la Península Ibérica. Según National Geographic y medios europeos, estas orcas han arremetido contra decenas navíos en los últimos tres años.
Citando a la revista Marine Mammal Science, National Geographic señala que los ataques iniciaron en un momento del pasado año 2020, acumulando decenas de incidentes hasta el momento y, en todos ellos, parece estar presente Gladis. La peculiaridad es que no se trata de un ataque aislado, sino orquestado por grupos de orcas.
«Según un artículo publicado recientemente en la revista Marine Mammal Science, en los ataques participaron nueve ballenas en dos grupos: un trío, a veces un cuarteto, de juveniles; y un grupo de edad mixta liderado por una hembra madura llamada White Gladis», señala el Geographic.
«Dado que Gladis era la única hembra madura implicada, los autores del artículo especularon con la posibilidad de que hubiera sufrido un accidente con un barco y hubiera adoptado un comportamiento retributivo, que fue copiado por las ballenas más jóvenes», agrega el artículo.
National Geographic también explica que, según los datos de revistas marinas y pescadores de la zona, «el primer ataque registrado se produjo en el Estrecho de Gibraltar en mayo de 2020, y desde entonces se han registrado docenas de casos».
«Este mismo mes se ha producido el ataque más grave de lo que va de año, cuando tres orcas lograron hundir un velero en el puerto de Barbate, Cádiz, mientras estaba siendo remolcado. La mayoría de los incidentes son notablemente consistentes, y generalmente implican a un pequeño grupo de ballenas que atacan los timones de pequeños veleros antes de separarse y alejarse nadando», detallan también.
Para Hanne Strager, cofundadora del Centro de Ballenas de Andenes, en Noruega, esta situación de ataques por parte de orcas puede tratarse de una dinámica de grupo, una especie de «juego» colectivo que han iniciado y que podrían dejar cuando la actividad ya no resulte estimulante para ellas.
«Creo que es igual de razonable sugerir que lo hacen porque pueden, porque es divertido. A veces también las vemos golpear a pequeñas alcas… pequeñas aves del Ártico, que se tumban en la superficie del mar para descansar, y las orcas vienen y las golpean», cita el Geographic a Strager.
Dan Olsen, biólogo de campo de la Sociedad Oceánica del Golfo Norte, en Alaska, también señala que el comportamiento de las orcas es difícil de predecir ya que «el cerebro de las ballenas lleva 50 millones de años evolucionando por separado».
«Es difícil meter a una ballena en una resonancia magnética, ni siquiera sabemos qué partes del cerebro se dedican a cada actividad. Ya nos cuesta bastante explicar el comportamiento en humanos y en primates estrechamente emparentados con nosotros», remarca.