Funcionarios estadounidenses y venezolanos discutieron la posibilidad de aliviar las sanciones petroleras a Venezuela; sin embargo, lograron escasos avances hacia un acuerdo en sus primeras conversaciones bilaterales de alto nivel en años, informaron fuentes cercanas a las negociaciones.
Estas conversaciones suceden mientras Washington busca aislar a Rusia, uno de sus principales aliados de Venezuela.
Ambas partes aprovecharon la reunión realizada el pasado sábado en Caracas para presentar lo que una de las fuentes describió como demandas «maximalistas», que reflejan tensiones desde hace varios años atrás entre la principal potencia del hemisferio occidental y uno de sus mayores enemigos ideológicos.
Una delegación estadounidense encabezada por Juan González -el principal asesor de la Casa Blanca para América Latina- y el embajador James Story sostuvieron conversaciones en el palacio de Miraflores con el presidente socialista Nicolás Maduro y su vicepresidenta, Delcy Rodríguez, según reportaron agencias.
Roger Carstens, el enviado presidencial especial para asuntos de rehenes, también era miembro de la delegación estadounidense, y solicitó al gobierno de Venezuela la liberación de ciudadanos estadounidenses y personas con doble nacionalidad detenidos en ese país, incluidos seis ejecutivos de Citgo, según una persona familiarizada con el asunto.
Los funcionarios estadounidenses vieron la reunión como una oportunidad para evaluar si Venezuela, uno de los aliados latinoamericanos más cercanos de Rusia, está preparada para distanciarse del presidente Vladimir Putin por su operación militar en Ucrania, explicó una fuente en Washington.
Washington también quiere identificar suministros de petróleo alternativos para llenar el vacío al buscar boicotear la industria energética de Moscú. Venezuela podría impulsar las exportaciones de crudo en caso de que Washington alivie las sanciones.
La Casa Blanca, el Departamento de Estado de Estados Unidos y el Ministerio de Información de Venezuela declinaron hacer comentarios por el momento.
La reunión se produjo cuando el salvavidas financiero de Venezuela a través de Rusia se está desgastando debido a las sanciones contra Moscú, luego de su operación militar en Ucrania. Caracas utilizó las conversaciones para presionar por la reducción de las sanciones de Estados Unidos.
Venezuela ha pedido a Rusia en los últimos días que descongele los ingresos del petróleo en varios bancos rusos incluidos en la lista negra de Estados Unidos, especialmente el Promsvyazbank (PSB), donde la petrolera estatal venezolana PDVSA y el Ministerio de Defensa tienen cuentas bancarias, dijeron dos fuentes separadas.
En 2019, como parte de las sanciones de Estados Unidos a Venezuela, otro banco ampliamente utilizado para el comercio con Rusia, el Evrofinance Mosnarbank, fue incluido en la lista negra, lo que obligó a PDVSA a trasladar sus cuentas de cobro a otros bancos.
En las conversaciones, Washington buscó garantías de elecciones presidenciales libres, reformas amplias de la industria petrolera de Venezuela para facilitar la producción y las exportaciones de empresas extranjeras y la condena pública del gobierno a la invasión de Ucrania, que Maduro ha defendido, dijeron tres personas familiarizadas con el asunto.
Como concesión, los funcionarios estadounidenses estaban dispuestos a considerar permitir temporalmente que Venezuela use el sistema SWIFT, que facilita las transacciones financieras entre bancos de todo el mundo, para transferir dinero a otras cuentas, agregó una de las fuentes.
Maduro buscó el levantamiento total de las sanciones que prohíben las exportaciones de petróleo de Venezuela, la eliminación de las sanciones contra él y otros funcionarios venezolanos y el regreso al control estatal de la subsidiaria estadounidense de PDVSA, Citgo Petroleum, dijeron las fuentes.