El titular del Ministerio de Hacienda (MH), Jerson Posada, aseguró ayer que el Gobierno salvadoreño se ha fijado como objetivo dejar de emitir deuda de corto plazo como las Letras del Tesoro (Letes) o Certificados del Tesoro (Cetes), instrumentos de financiamiento que se colocan de forma interna en los mercados.
«Nuestro objetivo es no volver a tomar esa deuda a corto plazo. Nosotros hemos venido desde 2022, reduciendo el porcentaje que tenemos por ley para poder emitir Letes. En el año 2021 era del 30 %, en el 2022 lo redujimos al 25 % y al 2023 se mantuvo en un 25 %. Nuestro objetivo es no volver a caer en el tema de seguir emitiendo Letras del Tesoro o Certificados del Tesoro», precisó.
De acuerdo al funcionario, la visión de la administración del presidente Nayib Bukele es gestionar alternativas que den mayor estabilidad y sostenibilidad a la deuda pública.
Actualmente se ejecuta una estrategia de gestión de pasivos para cumplir los compromisos que se tienen con acreedores y que en su mayoría fueron heredados por gobiernos anteriores.
En ese sentido, recientemente, el MH aceptó una propuesta hecha por los bancos privados para reperfilar la deuda de corto plazo (Letes y Cetes) adquirida por ellos mismos, extendiendo los vencimientos de dichos títulos valores -que actualmente eran de 365 días- dos, tres, cinco y siete años años.
«Esto busca mejorar las condiciones de la deuda y reducir la presión en el corto plazo, con beneficios a la sostenibilidad. No estamos incrementando la deuda porque vamos a realizar amortizaciones programadas que a lo largo del tiempo nos va a disminuir los montos y mejoramos el perfil, disminuimos los picos de vencimiento y esto da mayor sanidad a la deuda pública», dijo.
«El monto actual de la deuda de corto plazo asciende a $2,800 millones aproximadamente. De esa cifra, vamos a reperfilar $1,500 millones, que es aproximadamente los títulos que están en la banca privada, esto representa un 54 % de la deuda de corto plazo total la que estaríamos trasladando a mediano y largo plazo», agregó.
Esta acción se suma a las dos recompras de los bonos 2023 y 2025 que se ejecutaron el año anterior, las cuales dejaron ahorros de casi $300 millones, lo que a su vez permitió mejorar el riesgo país y aumentar la confianza en los inversionistas.
«El riesgo país ha mejorado mucho y se ha fortalecido en los últimos meses. Hemos venido de niveles muy altos en 2022, de 3,500 puntos base, a niveles de 750 puntos bases al día lunes, lo que es una reducción muy importante. Esto demuestra la confianza de los inversionistas en lo que el Gobierno ha estado haciendo […] Ahora, nosotros podemos buscar alternativas de financiamiento que tengan las mejores condiciones», indicó.
El funcionario aseguró que el país se encuentra en «una senda de estabilidad de las finanzas públicas», lo cual se deriva de acciones efectivas en la gestión de Hacienda y que permite plantear alternativas diferentes al endeudamiento.
Una de las acciones que contribuyen a la sanidad fiscal es la ejecución de los Planes Antievasión y Anticontrabando, que han llevado capital que en períodos anteriores se daba por perdido. A ello se suma un incremento generalizado en la recolección de tributos, producto de la dinamización económica.
«Al cierre del año 2022 alcanzamos un déficit del 2.5 %, cuando veníamos de un déficit de aproximadamente 10 % en el año de la pandemia. Registramos un ahorro primario del 2 % y hemos incrementado los ingresos tributarios desde la pandemia en aproximadamente $2,000 millones. Solo en el año 2022 se incrementaron $700 millones», detalló.
Según el ministro, esa tendencia continuará este año. Hasta julio, se reportan excedentes superiores a $110 millones respecto a lo recaudado en 2022.
Por último, el titular de cartera destacó que El Salvador cuenta con un portafolio robusto con varios multilaterales para fortalecer la inversión pública.