Más de un centenar de las principales empresas de Brasil hicieron este lunes un llamado al gobierno de Jair Bolsonaro para que se involucre más en las negociaciones sobre el clima, un mes antes de la COP26 en Glasgow (Reino Unido).
«Brasil debe buscar el protagonismo en las negociaciones sobre el clima», declararon las compañías en una carta abierta publicada por el colectivo Centro Industrial Brasileño para el Desarrollo Sustentable (CEBDS), que reúne a firmas que representan el 47% del PIB del país.
«Brasil debe mantenerse en el centro de este diálogo, so pena de enormes daños al sector productivo y a la sociedad brasileña», subraya el texto, respaldado por grandes bancos como Bradesco; el mayor exportador de carne, JBS; y filiales en Brasil de multinacionales como Amazon, Shell y Carrefour.
El gobierno de Bolsonaro es muy criticado por su política medioambiental, principalmente debido al aumento de la deforestación desde que asumió el poder en 2019 y por haber debilitado los organismos de control ambiental.
Las empresas reclaman «la adopción de mecanismos de financiamiento para promover la transición climática y el combate integral e inequívoco a la deforestación ilegal en la Amazonía y otros biomas brasileños».
El país «tiene ventajas comparativas extraordinarias en la carrera para alcanzar una economía de carbono neutro, gracias a nuestros múltiples recursos naturales y a la capacidad de nuestro pueblo», añade el texto.
El movimiento mundial hacia una economía más respetuosa del medio ambiente representa «una oportunidad única» para Brasil.
La semana pasada, durante su discurso ante la Asamblea General de la ONU, Bolsonaro afirmó que el «futuro del trabajo verde» está en Brasil, «con energía renovables, agricultura sustentable, la industria libre de emisiones de carbono, el ecoturismo y el tratamiento de aguas y desechos».
En ocasión de la COP26, el mandatario anunció que su gobierno intentará «buscar consenso sobre los mecanismos del mercado mundial de créditos de carbono».
Las empresas signatarias defienden la adopción de reglas «transparentes» en Brasil para «garantizar la calidad ambiental y la integridad de los créditos de carbono que serían comercializados».