El Ministerio de Salud de Guatemala decretó ayer alerta roja hospitalaria por el aumento de casos de la COVID-19, luego de registrar más de 17,000 contagios en los últimos 15 días y debido a la saturación de los centros de salud temporales y del sector público. Los centros atienden sobre todo casos severos, y los servicios se encuentran a más del 100 % de su capacidad.
Mantener una alerta roja hospitalaria implica que los centros de salud deben «activar su Centro de Operaciones de Emergencia Hospitalaria (COEH), hacer sesiones diarias para analizar la situación y tomar decisiones oportunas, revisar el abastecimiento de los cuartos de insumos para desastres y retroalimentar al personal las medidas de bioseguridad de acuerdo con el grado de exposición del personal», según el Ministerio de Salud.
El personal también debe asegurar el área de triaje —evaluación de pacientes—, identificar áreas de expansión para prever el flujo masivo de pacientes, asegurar reservas de oxígeno, insumos y equipo para soporte de oxígeno para pacientes, actualizar camas disponibles asignadas a pacientes con la COVID-19, verificar necesidades del equipo médico para atender la emergencia, actualizar el recurso humano disponible, organizar y asignar roles de turno del personal de emergencia y verificar saldos de pruebas de la COVID-19.
«La situación está complicada, hay más casos que en la primera ola… Las nuevas cepas [californianas] nos tienen preocupados. El contagio es más rápido», manifestó el director del Hospital General San Juan de Dios, Gerardo Hernández. El estado de prevención nacional cumplió ayer cinco de los 15 días en vigencia.
Guatemala se encuentra en una situación desafiante con los casos diarios y decesos que no parecen reducirse. El 20 de abril los casos confirmados en 24 horas ascendieron a 1,629; además, hubo 30 fallecidos. Un día antes los casos confirmados llegaron a los 1,651 y se reportaron 38 muertes por la enfermedad.
El Gobierno de Alejandro Giammattei lucha contra el coronavirus por medio también de la campaña de inmunización que avanza a paso lento por las limitadas dosis que tiene el país. Hasta ayer se sumaron 160,370 personas vacunadas. Del total, 158,543 ya recibieron la primera dosis y otras 1,827 adquirieron dos.
«Tenemos una tercera ola porque en Semana Santa la gente se divirtió más de la cuenta y ahora estamos pagando la irresponsabilidad de la falta de uso de la mascarilla y del distanciamiento», señaló Giammattei durante su participación en la XXVII Cumbre Iberoamericana, el 20 de abril. «El sistema COVAX ha sido un fracaso», protestó el presidente esta semana en el mismo escenario.