Tras las elecciones generales del 25 de junio, 9,3 millones de guatemaltecos fueron convocados nuevamente a las urnas el 20 de agosto para definir al binomio presidencial que dirigirá el país por los próximos cuatro años.
Arévalo, del partido Movimiento Semilla, venció en el balotaje con el 58,01 por ciento de los votos a la aspirante presidencial del Partido Unión Nacional de la Esperanza, Sandra Torres.
Pese a que la victoria de Arévalo ha estado acompañada de polémicas legales relacionadas con las investigaciones del Ministerio Público por presuntas irregularidades en la inscripción de Movimiento Semilla, en Ciudad de Guatemala los ciudadanos mantienen intacta su fe en la posibilidad de cambio con el nuevo gobierno.
En uno de los países centroamericanos con tasas más altas de homicidios, con 17,3 asesinatos por cada cien mil habitantes en 2022, los guatemaltecos esperan que finalmente se apliquen políticas para frenar la violencia.
«Realmente esperamos un cambio, tuvimos muchas décadas de gobiernos militares y no funcionó, fue un desastre, que dejó más de 300 mil guatemaltecos muertos, de ahí tuvimos gobiernos democráticos en que tuvimos corrupción y no superamos ninguno de los problemas que tenemos al día de hoy», dijo a Xinhua el comerciante Maximiliano de la Garza.
Para este ciudadano, el nuevo Gobierno deberá poner atención a problemas como la pobreza que afecta a casi un 60 por ciento de la población, la mala calidad de la educación, los problemas del sistema de salud y el deterioro de la infraestructura de transporte en el país, pero principalmente la corrupción en el manejo del Estado.
«Estamos muy mal. ¿Por qué? Porque hubo mucha corrupción, se robaron el dinero que cada año está en el presupuesto de la nación, no hubo inversión, todo se lo robaron. Necesitamos ya un cambio», afirmó.
Similar es el criterio de la promotora de ventas de 28 años, Edith Flores, quien espera que Arévalo cumpla con sus promesas de campaña y atienda los problemas de salud y sanidad pública que tienen a los guatemaltecos con una esperanza de vida promedio de 70,2 años, una cifra bastante baja para el promedio de la región latinoamericana.
«Yo creo que más que todo es la educación de los niños, la salud que es lo que está tirado por los suelos y la corrupción, que es algo súper importante para que pueda avanzar el país», dijo Flores a Xinhua.
Beatriz Tojin, secretaria comercial de 40 años, enfatizó en la necesidad que tiene su país de mejorar el sistema educativo para atacar el 18,5 por ciento de analfabetismo que aún persiste y de mejorar el sistema de salud.
«Los centros de salud, son algo muy importante en las colonias, bajas, barrios, ya que sería bueno que pusieran algo como que estuvieran abiertos 24 horas ya que los hospitales generales no se dan abastos para atender, sería una cosa muy importante que ayudaría realmente a los que necesitan atención», expresó.