La inspiración se puede definir como un chispazo de creatividad, algo que de pronto ocurre, casi como recibir un soplo divino. Desde la antigüedad, muchos artistas presos de chispazos creativos han dado al mundo diversidad de obras que hasta estos días siguen maravillando por su belleza.
Pero ¿cómo lograr darle forma a la inspiración?, ¿qué hay detrás de ella?, y más aún, ¿qué puede ser tan sublime para detonarla? Las respuestas son infinitas, pero en el caso del pintor salvadoreño Álex Chuchilla la tan anhelada inspiración surgió en la intimidad del hogar.
Entre paredes blancas y una sobria habitación, Cuchilla narra emocionado cómo los retratos de sus hijas, Maya y Celeste, se convirtieron en hermosas piezas de arte que ahora se exhiben como parte de su nueva colección denominada «En la calma».
Sus creaciones, que tomaron vida en medio de una pandemia, fueron el refugio perfecto que el pintor encontró en esos días en los que el mundo parecía tan sombrío, incierto y lleno de miedo.

«Yo siempre he trabajado temas sociales y en ese momento, en el que todo mundo estaba encerrado, lo que menos quería hacer era eso, no venía al caso. Lo que realmente buscaba era algo para retroalimentar. Cerraba mis ojos y solo me imaginaba dónde quería estar y lo primero en lo que pensé fue en el mar y mis hijas», expresa el artista.
En la búsqueda de la quietud y la serenidad, Cuchilla encontró los elementos perfectos que habitaban en su cabeza como imaginario de la tan aclamada calma. El agua, la arena, los cielos y el mar no fueron suficientes, por lo que por primera vez decidió incluir algo muy personal: plasmó a sus hijas como parte de una fortuita inspiración que lo llevó a crear una serie única.
«Nunca las había pintado. Se dio el momento en el tema que tenía que ver con la calma y con algo muy íntimo, algo que comunica felicidad y alegría, y la forma de transportar esas emociones es con mis hijas», explica.
La colección, que presenta un trabajo sin antecedentes en la vasta y nutrida experiencia pictórica del artista, refleja un mundo nuevo y real, que se suma al acervo de Cuchilla. Un mundo que bien podría significar la evolución artística del pintor por las nuevas características que la componen y que llegaron para quedarse y mostrar una nueva faceta en donde el génesis fue la inspiración paternal.

EN PALABRAS DE CUCHILLA
«Más que una serie es una reflexión, una necesidad sobre el sosiego, la quietud, la serenidad o el reposo que en nuestro interior pedimos con urgencia. Este es un viaje en el encierro, a mi interior, a mis recuerdos, mis memorias, mis hijas; una obra más íntima»,
añade Cuchilla sobre sus recientes obras. Según él, en sus cuadros están incluidos muchos elementos de sus anteriores creaciones, como los barcos y globos. Por lo que la nueva colección —«En la calma»— es un repaso por la memoria creativa que solo fue posible durante el confinamiento.

«Este es un nuevo mundo donde mis personajes deciden qué hacer y qué no hacer. Aterrizaron de mis barcos, globos, naves, máquinas y de esa explosión de colores, donde casi un abstracto servía de escenario en incontables historias. Ahora, ellos se bajan de mi mundo, literalmente tocan tierra y empiezan a transitar sin ser todavía bautizados», dice.
De ahí que resuma sus obras como una «introspección» y un «diálogo consciente» sobre lo que ocurre en la humanidad. «En la calma» está compuesta de 20 piezas, que ya pueden apreciarse en Galería 1-2-3, en San Salvador.