La institución del país centroamericano indicó que el personal de primera línea recibió la tercera inyección hace más de cuatro meses, por lo que se hace necesario una cuarta debido a la disminución de anticuerpos.
La Secretaría de Salud detalló el pasado fin de semana en un comunicado que la cuarta dosis de la vacuna contra la COVID-19 se basa «en la revisión de la evidencia científica mundial que muestra un descenso en los niveles de protección», así como a la probabilidad del ingreso de una nueva variante de «preocupación».
Indicó que de acuerdo con la disposición de vacunas se continuará más adelante con otros grupos prioritarios definidos de la población hondureña, como pacientes con algún problema inmune o personas mayores de 60 años.
La nación centroamericana acumuló hasta el 31 de marzo pasado 421.062 casos confirmados y 10.880 decesos a causa de la COVID-19 desde el inicio la pandemia en el país, según datos de la Secretaría de Salud.
En cuanto a la vacunación contra la enfermedad, en la nación se habían aplicado hasta el cierre de marzo poco más 11,8 millones de vacunas, entre ellas 5.253.625 correspondían a primeras dosis y 4.577.509 a segundas, mientras que 2.045.017 fueron terceras dosis y refuerzos.