Luego de casi un centenar de detonaciones con fusil de asalto AR-15 en un centro comercial de Allen, Texas, en el que nueve personas fallecieron y a siete resultaron con heridas graves y fueron hospitalizadas, las agencias de seguridad investigan posible terrorismo doméstico.
Según la cadena ABC News, la posible relación del tirador con terroristas domésticos es una línea de investigación tras la masacre en el «outlet» de Allen, a solo 40 kilómetros de Dallas.
El atacante llegó al centro comercial cerca del mediodía e iba armado, con chaleco antibalas y vestimenta estilo policial.
Los agentes revisaron la casa, los dispositivos electrónicos y las redes sociales del tirador. Además del rifle que utilizó en el ataque, la policía recuperó armas de fuego en un vehículo ligado al tirador. Según ABC, el sujeto usaba parches o calcomanías en su ropa que despertaron sospechas de que podría pertenecer a grupos extremistas, aunque las autoridades agregaron que aún no se ha establecido el motivo de la masacre.
EXOFICIAL DEL EJÉRCITO: DEBEN PROHIBIR EL AR-15
Ciudadanos de Texas se expresaron, de nuevo, contra la proliferación de armas de guerra luego de la masacre que mantiene a tres personas en estado crítico en los hospitales.
«Ir de paseo o de compras a centros comerciales ya puede ser considerado como algo extremo o estar en riesgo de muerte en Estados Unidos, donde cualquier persona saca un arma», dijo una testigo.
Ante la opinión de políticos de que la salud mental influye en estas matanzas. El exoficial Steven Spainhouer le dijo a la prensa que «no fue la salud mental lo que mató a estas personas, fue un rifle automático con balas. Soy un amante de las armas. tengo armas soy un exoficial de la Policía. Soy un exoficial del Ejército, pero estos AR-15 tienen que salir de las calles o estas cosas van a seguir pasando».