Hablar de «Inflorescencia» es hablar de una de las nuevas apuestas de la música en El Salvador, la cual ha comenzado a sonar con fuerza gracias al lanzamiento de su primera canción, titulada «La Cumbia del Perro». Sin embargo, como su nombre lo dice, este grupo de jóvenes salvadoreños tiene una meta clara: generar un reverdecer de la creatividad musical en el país, a partir de la mezcla de géneros y estilos, siendo a su vez un mensaje de unidad para una sociedad que se construyó sobre la base de la polarización.
Con seis integrantes, Inflorescencia es una mezcla visual y sonora de estilos. Dejan de lado la idea de vestir uniforme o armonizar colores entre todos y se presentan con la autenticidad de cada uno de sus integrantes como su mejor gala. Ese mismo concepto de individualidad colectiva o de personalización de estilos para generar armonía de grupo, Inflorescencia tiene la posibilidad de convertirse en el mensaje de unidad que, en muchos momentos, El Salvador necesita enviar a su gente, a su sociedad.
La banda está integrada por Ricardo Bendek (RB) en la guitarra rítmica y la voz principal, Erick Chicas (EC) con la guitarra líder, Andrés Villalobos (AV) en la batería, Diego Chacón (DC) en el bajo, Naomy Díaz (ND) en voces y percusión y Claribel Dimas (CD) con voces también para cada una de sus canciones.
Hablemos un poco de la banda. ¿Qué es «Inflorescencia»?
RB: Nosotros somos una banda formada en San Salvador. No tenemos un género en específico. De hecho, es algo que a veces nos cuesta definir, pero lo hemos definido como rock con fusión de géneros como cumbia, reggae, un poco de punk y algo más. De esa idea también viene el nombre, Inflorescencia, porque no estamos alineados a un género, sino que cada uno tiene sus influencias, cada uno es una flor y pone de su esencia a la banda.
ND: Inflorescencia es un concepto botánico. Un exintegrante del grupo nos ayudó con este nombre, con el que queremos mostrar que, aunque todos somos distintos, estamos unidos en el mismo tallo, donde florecemos juntos, donde mostramos lo que llevamos dentro y podemos expresarnos a pesar de nuestras diferencias.
CD: Inflorescencia también es un espacio seguro para nosotros. En el escenario, cada uno de nosotros se muestra empoderado porque somos parte de un grupo y constituimos un mismo sentir, a pesar de las diferentes influencias que cada uno tiene. Este espacio está diseñado para aportar cada uno de nuestras cualidades y así crear cosas bonitas.
¿Cómo nació Inflorescencia?
RB: Fue gracias a un proyecto solista. Lancé mi disco en 2018, llamado «Refugio». No tenía intención de tocarlo en vivo, hasta que un colectivo quería armar un toque de cantautores, el «Colectivo Errante», y me invitaron a tocar. Cada artista llevaba sus integrantes y sus canciones. Ahí, no tenía gente que me apoyara para tocar en ese momento. Le pedí a unos amigos si querían tocar en vivo conmigo y ahí fue donde comenzó a nacer Inflorescencia. Primero tocábamos mis canciones en vivo y, poco a poco, fuimos creando canciones entre todos, como por ejemplo «Rey Sapo». Es importante señalar que, en ese momento, la alineación de la banda era diferente. Luego, vino la pandemia y todo se atrasó. Además, por proyectos de cada miembro nos tocó poner en pausa el grupo. Creí que Inflorescencia no iba a seguir. Quedamos solo Clari, Naomy y yo. En ese momento buscábamos músicos. Pero, un amigo me recomendó a Diego, quien se integró rápidamente y así, poco a poco, fuimos uniéndonos. Luego se sumó Erick Chicas y, finalmente, Andrés, que fue el más difícil de conseguir.
¿Qué mensaje busca dar Inflorescencia a través de su música y sus canciones?
EC: Cuando hacés música, lo podés hacer por diferentes razones. Unos lo hacen solo por hobbie, otros por profesionalizarse y otros solo por expresarse. En el caso de Inflorescencia, creo que lo hacemos por alcanzar algo más profesional y porque tenemos metas grandes. Estamos trabajando ya en un disco en el que queremos demostrar nuestra capacidad de producir en estudio. La idea es seguir subiendo y buscar presentaciones fuera del país y festivales. Nuestra idea es profesionalizarnos y ver la música como algo serio. También queremos darle enfoque a la creatividad, que la gente disfrute música hecha en El Salvador, con sonidos salvadoreños y de la cultura salvadoreña.
ND: Creo que, también, al ser todos jóvenes, buscamos poder dar voz a la juventud y hablar sobre nuestras emociones, nuestra realidad, una mirada que nosotros tenemos día a día y que, con la música, podemos expresarla con alguien más. El mensaje de Inflorescencia es vivir la vida siempre conectado con nuestras emociones, con nuestra espiritualidad y, como banda, también buscamos promover la unidad, que haya un mensaje de esperanza en la juventud, demostrando que podemos lograr cosas grandes, más allá de que la vida sea difícil actualmente. Este tipo de espacios es sanador y es parte de lo que queremos transmitir.
Ya cuentan con una canción lanzada recientemente, «La Cumbia del Perro». Hablemos un poco de la canción. ¿Cómo nació y de qué habla este tema?
EC: Esta cumbia nació de un sueño que tuvo Ricardo, donde lo perseguían unos perros… ¡Jajaja!
RB: ¡Jajaja! En realidad, nació de un día que, junto a Naomy, estábamos en el Centro de San Salvador pensando qué hacer y vimos varios perros, de los que conocemos como «chuchos aguacateros». Los vimos, los observamos y nos metimos en el contexto de la vida de ellos, al punto que decidimos hacer una canción desde su perspectiva.
ND: ¡Exacto! Es contar algo desde su punto de vista, desde su realidad, la de un personaje que siempre está ahí, pero que está tan normalizado que no nos damos cuenta que es parte de la vida cotidiana en el centro y en nuestro país. Así fue como vino la inspiración y comenzamos a escribir la canción.
RB: Esa canción terminó de estar lista entre 2018 y 2019. La lanzamos hasta ahora debido a todo lo que sucedió con la pandemia y con la pausa que le dimos al grupo. Ahora, con esta nueva formación del grupo, es que pudimos lanzarla con mayor tranquilidad.
Suena a que la canción fue algo etnográfica, como ese tipo de proyectos que nacen de la vivencia misma, en este caso, del centro de San Salvador… ¿Esa es la línea que quiere seguir Inflorescencia en sus próximas canciones?
RB: Sí, nos gusta registrar los lugares de la vida cotidiana de forma sonora. Pero también tenemos otras cosas.
EC: Es también porque, dentro del grupo, diferentes personas nos dedicamos a componer. Creo que eso le da una variedad al sonido, a la perspectiva y al estilo de las canciones. Sin embargo, todos aportamos. Uno lleva una idea principal y todos construimos el resto: las letras, los arreglos, las armonías y todo lo que constituye la canción.
¿Es posible realizar ese ejercicio de composición conjunta? Porque, de pronto, tenemos la idea popularmente de que los artistas son celosos de sus trabajos…
CD: En el caso de Inflorescencia, lo hemos hecho posible. Fijate que, usualmente, alguien tiene una idea y colectivamente se le agregan elementos. Por ejemplo, estamos trabajando en algo ahorita y la letra ha surgido de cuando hemos estado reunidos compartiendo experiencias. Siempre tenemos un concepto en específico y, a partir de ahí creamos toda la historia. Definimos un concepto y, con ese concepto, cada quien agrega su aporte. Igual sucede en la armonización, donde cada uno contribuye a la creación del sonido de la canción.
EC: Con Inflorescencia nos ha ayudado mucho el trabajo grupal. Hemos visto que funcionamos bien como grupo. Ha sido una decisión grupal el trabajar así y eso nos ha dado una riqueza musical en las canciones de nuestro repertorio.
AV: Dentro de la banda también se destaca que podemos aportar, nadie hace menos las ideas de alguien. En Inflorescencia no solo somos músicos de sesión, donde se nos dice qué hacer y ya. Somos un conjunto, trabajamos en conjunto y siempre conseguimos que los aportes de todos construyan una idea. Ahí es donde las influencias de cada uno se unen para crear algo nuevo.
DC: Las influencias musicales que tenemos también nos ayudan al momento de crear. Tenemos referencias de la música que escuchamos. Entre todos nos pasamos música, descubrimos nuevas canciones y eso nos sirve de influencia para crear y también para producir. Podemos retomar un sonido de un género y adaptarlo al que estamos buscando en la canción que estamos trabajando.
Hay un detalle interesante. En El Salvador, se tiene la idea de que la cumbia es un género más vinculado a personas adultas. En su caso, «La Cumbia del Perro» es ese género precisamente. ¿Por qué presentarse en la escena musical precisamente con una cumbia?
EC: El porqué es difícil de explicar porque la canción simplemente aparece. Tenemos canciones de diferentes estilos. No hacemos cumbia únicamente. Si se da la oportunidad de hacer una cumbia, pues lo hacemos. En el caso de La Cumbia del Perro, ayudó también que nos percatamos que a mucha gente le hizo clic cuando la comenzamos a tocar en vivo, lo que nos dio la idea de arrancar con esta canción.
CD: Creo que tiene que ver el hecho de que, como salvadoreños, nos gustan los ritmos tropicales, los que nos hacen bailar, los que nos hacen disfrutar y conectarnos. Esta música nos transporte a sitios de familia o ambientes de fiesta, conecta con la nostalgia de nuestro sentimiento salvadoreño. Esto hace que logremos conectar con la gente a través de esta canción, porque es un género que conecta con todos los salvadoreños.
RB: La cumbia la llevamos en la sangre desde que nacemos…
AV: Y también como latinoamericanos. Tenemos la cumbia en nuestra tradición. Además, La Cumbia del Perro no es una cumbia tradicional. No tenemos instrumentos típicos de cumbia, pero es una adaptación de ese género. Eso le da un espíritu diferente a la canción.
¿Hacia dónde va Inflorescencia luego de La Cumbia del Perro? ¿Qué más podemos esperar de la banda ahora que ya está comenzando a darse a conocer con mucha fuerza?
RB: Se vienen varios singles de diferentes géneros y el video de La Cumbia del Perro, donde todos tuvimos participación.
EC: También tenemos presentación en La Dalia. Tenemos un disco también que ya está bastante conceptualizado. La Cumbia del Perro abrió la puerta, pero la siguiente canción será algo totalmente diferente y la que le siga será también algo diferente. Inflorescencia es algo que tiene mucho corazón, mucha creatividad y queremos que esa sea nuestra marca como banda.
Finalmente, con toda esta idea de colectivo y de trabajo grupal, ¿qué le diría Inflorescencia a las nuevas agrupaciones que están surgiendo en el país? ¿Se puede crear música y hacer algo de buena calidad en conjunto?
CD: Sí, yo creo que se puede. Nosotros lo estamos haciendo. Pero, depende mucho de cada persona de la apertura que tenga a escuchar ideas diferentes y tratar con personalidades diferentes. La clave es respetar el talento de todas las personas. Es verdad que nosotros tres (Naomy, Ricardo y Clari) nos conocimos dentro de la banda. Pero, con los demás, nos hicimos amigos ya estando en la banda. Hemos aprendido a respetar la opinión del otro. Nosotros discutimos, a veces tenemos nuestros roces, pero ponemos de nuestra parte para hablarlo porque tenemos un objetivo en común, todos queremos que este proyecto salga. Ahí encontramos la unidad en las diferencias.