El número de británicos que no pudieron ser evacuados de Afganistán antes del final de las operaciones realizadas por el Reino Unido es de «unos pocos cientos», afirmó el martes el gobierno de Boris Johnson, criticado por su gestón de la crisis afgana.
El Reino Unido puso fin el sábado a las evacuaciones de británicos y afganos vulnerables o empleados por su gobierno localmente, poco antes de la retirada de Estados Unidos que marcó el final de 20 años de guerra, pero fue criticado por dejar atrás a numerosas personas que querían abandonar el país.
«Lamentamos el hecho de que alguien haya quedado atrás», declaró el jefe de la diplomacia británica, Dominic Raab, al canal privado Sky News.
Raab aseguró que «unos pocos cientos» de británicos siguen en Afganistán.
Sin embargo, calificó después de poco realista la cifra adelantada por el diario The Guardian, según el cual diputados británicos están intentando rescatar a más de 7.000 afganos y sus familiares bloqueados en el país, en declaraciones a la radiotelevisión pública BBC.
Es «muy difícil dar una cifra firme», afirmó el ministro, señalando que 5.000 británicos fueron evacuados de Afganistán desde abril.
Unas 15.000 personas, afganos incluidos, fueron evacuadas por el Reino Unido en las dos semanas desde que los talibanes tomaron el poder a mediados de agosto.
El viernes, el ministro de Defensa británico, Ben Wallace, estimó que hasta 150 ciudadanos británicos y entre 800 y 1.100 afganos elegibles no podrían ser evacuados.
El jefe de la diplomacia aseguró por otra parte estar en conversaciones con los vecinos de Afganistán para facilitar la salida de quienes quedaron en el país, y afirmó que el Reino Unido se asegurará de que los talibanes cumplen su compromiso de proporcionarles un paso seguro.
Sobre la amenaza que supone la rama afgana del grupo yihadista Estado Islámico (EI-K), que reivindicó el jueves un atentado mortal cerca del aeropuerto de Kabul, el jefe de las fuerzas aéreas británicas, Mike Wigston, afirmó que el Reino Unido está dispuesto a participar en ataques aéreos en Afganistán.
«Nos reservamos el derecho a utilizar la legítima defensa», especialmente contra «grupos terroristas», subrayó Raab.