José Humberto Saravia llegó desde Moncagua para participar en la eucaristía dominical en la catedral migueleña, pero después del momento espiritual aprovechó para vacunarse contra la COVID-19 en la cabina móvil que el Ministerio de Salud (Minsal) ubicó en el parque David J. Guzmán.
Este ciudadano era de las personas que todavía no se habían vacunado, por diferentes motivos. Uno de estos asegura que se debía a sus ocupaciones laborales, y la otra, por temor a los posibles efectos secundarios derivados de la vacuna.
«No me había decidido a vacunarme y tampoco me había quedado tiempo para sacar cita, y como a veces toma tiempo para ir. Pero ahora que estaban aquí más accesibles me decidí a vacunarme y el proceso fue rápido», dijo José.
A medida ha transcurrido la ejecución del programa de vacunación contra el virus, el Minsal ha logrado inocular el mayor número de personas, y cada vez son menos los que aún se rehúsan a recibir sus respectivas dosis.
Prueba de ello es que en las últimas jornadas móviles se recibe un poco menos de 10 personas que llegan a ponerse su primera dosis, como el caso de José Napoleón Argueta, una persona sordomuda que a pesar de su discapacidad pudo acceder al fármaco sin ninguna dificultad.