La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, y el mandatario de México, Andrés Manuel López Obrador, conversaron el miércoles sobre las relaciones bilaterales entre ambas naciones y las iniciativas anunciadas por la Administración Biden para frenar la inmigración irregular desde Centroamérica.
Harris, elegida por el presidente Joe Biden para hacer frente a la gestión migratoria, «agradeció al presidente López Obrador por su cooperación en cuestiones migratorias», indica una lectura de la llamada distribuida por la Casa Blanca.
En la nota se destaca que la conversación apuntó a «las causas fundamentales de la migración desde los países del Triángulo Norte», integrado por El Salvador, Guatemala y Honduras.
Más adelante, López Obrador confirmó en tuit la voluntad de los dos gobiernos al comentar: «Existe disposición de nuestra parte para sumar voluntades en el combate al tráfico de personas y protección de los derechos humanos, sobre todo de niñas y niños».
En la rueda de prensa del Departamento de Estado el mismo miércoles, el portavoz de la diplomacia estadounidense, Ned Price, al ser preguntado por las gestiones de EE. UU. hacia una solución de la afluencia de inmigrantes irregulares, evaluó el trabajo de Harris: «La vicepresidenta está jugando un papel clave».
En la semana del 2 de abril medios de prensa destacaron las cifras ofrecidas por la Oficina de Aduanas y Acción Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), según las cuales EE. UU. registró en marzo la mayor cantidad de detenciones por la frontera sur en los últimos veinte años, al superar las 171.000.
La Administración Biden, aunque ha declarado que busca una solución humana al problema de la llegada de inmigrantes, continúa con las deportaciones y ha reiterado varias veces sobre el peligro de emprender el cruce fronterizo.