Esta semana, El Salvador recibe importantes visitas del mundo tecnológico, grandes inversionistas y entusiastas de las criptomonedas, con ello se convierte en la meca de un sector que mueve billones de dólares.
El país, gracias a que es la primera nación en el mundo en adoptar al bitcóin como moneda de curso legal, es la sede de la LABITCONF, una institución internacional que desde hace más de una década promueve el «blockchain», el conocimiento sobre criptomonedas y la tecnología que las soporta.
Esta es una de las ventajas del país que tiene al bitcóin como moneda de curso legal y con esto atrae el interés mundial y beneficios para la economía local, que recibe a los visitantes. Una comitiva fue especialmente interesante. Era una delegación de inversionistas europeos que llegó atraída por la operación de minado del bitcóin en la planta geotérmica de Berlín, Usulután.
Pero no solo fue a conocer la planta y verificar cómo se aprovecha la energía de los volcanes para generar electricidad y alimentar al equipo de minado, sino que conoció la laguna de Alegría y otros lugares turísticos.
En San Salvador, los visitantes a los eventos organizados por la conferencia internacional se hospedan en hoteles, consumen en restaurantes y compran productos locales; en definitiva, más dinamismo para la economía.
Solo aquellos con objetivos políticos retorcidos ven en el bitcóin una desventaja para el país. Lo que hemos conocido, en cambio, son oportunidades que los empresarios saben aprovechar. Los que auguraron pérdida de dinero del Estado por comprar la criptomoneda no supieron qué decir más que el Gobierno del presidente Nayib Bukele se preocupaba más por los animales que por las personas al anunciar que con las ganancias del bitcóin se construye un hospital veterinario.
Sin embargo, las ganancias también alcanzarán para construir, inicialmente, 20 escuelas «para humanos». Esto es solo el principio y gracias a hechos derivados de la tenencia de la criptomoneda. Todavía no conocemos el alcance que tendrán las inversiones que harán los multimillonarios que ven en El Salvador una gran oportunidad para traer sus fortunas y ponerlas a producir.
Lo que hemos conocido es impresionante, pero lo que viene será, sin duda, mucho mejor. Gracias a la visión del presidente el país está muy bien posicionado y preparado para aprovechar las grandes oportunidades que desde ya se están presentando.