Los costos de las energías renovables descendieron el año pasado, en un escenario en donde los desafíos de la cadena de suministro y el aumento de los precios de las materias primas aún no han mostrado su impacto total en los costos de los proyectos.
Según un reciente informe la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA por sus siglas en inglés), casi dos tercios, es decir, 163 gigavatios (GW), de la energía renovable instalada el año pasado a nivel mundial tuvo costos inferiores a los de la opción de carbón más barata entre los países del G20.
IRENA estima que, dados los elevados precios actuales de los combustibles fósiles, la potencia renovable añadida en 2021 significa un beneficio, ya que permitiría ahorrar unos $55,000 millones respecto a los valores mundiales de generación de energía en 2022.
Francesco La Camera, director General de IRENA, confirmó que la energía renovable libera a las economías de la volatilidad de los precios de los combustibles y de las importaciones, frena los costos energéticos y mejora la resistencia del mercado, más aún si continúa la actual crisis energética.
En ese mismo panorama, El Salvador se consolida como uno de los países de la región que más le apuesta a la generación de energía renovables, gracias a la estrategia del Gobierno del presidente Nayib Bukele para diversificar la matriz energética. En la actualidad, debido al buen manejo de los recursos, el país ha logrado exportar energía a los países vecinos.
«Hemos trabajado bajo el Plan Cuscatlán haciendo cambios históricos, permitiendo, a la fecha, que el 80 % de la energía que consume El Salvador sea renovable», dijo el presidente de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL), Daniel Álvarez, en un foro organizado por la Unión Europea.
La ventaja de tener más fuentes disponibles es la estabilización de tarifas para los hogares, mayor eficiencia para la actividad empresarial, protección al medio ambiente y la creación de empleos dignos.
Las estadísticas del Consejo Nacional de Energía (CNE) indican que el 86.9 % de la matriz energética nacional es inyectada con fuentes renovables, siendo la hidroeléctrica (24.5 %), geotérmica (23.8 %), gas natural licuado (15.3 %) y la biomasa (12.3 %) las más importantes.
Renovables versus combustibles
En este panorama, el estudio de IRENA destaca que las inversiones en energías renovables siguen reportando enormes dividendos en 2022.
La agencia aseguró que los altos precios del carbón y del gas fósil que se registraron en 2021 y se mantienen este año, deterioraron profundamente la competitividad de los combustibles fósiles y harán que la energía solar y la eólica sean aún más atractivas.
Precisamente, son dos tipos de generación de energía a los que El Salvador le ha apostado con importantes inversiones. Entre esos proyectos se encuentra el parque eólico Venturs. ubicado en Metapán, Santa Ana, implicó una inversión de $85.5 millones y tiene una capacidad instalada para generar 54 megavatios por medio de 15 aerogeneradores de 120 metros de altura.
Otro proyecto importante es la planta de gas natural de la empresa Energía del Pacífico (EDP), ubicada en Acajutla, Sonsonate, que tuvo una inversión privada de $1,000 millones en el país, generando cientos de empleos directos e indirectos.