Las grandes potencias tienen intereses económicos, científicos o estratégicos en la carrera espacial hacia la Luna, una etapa clave rumbo a Marte.
Nuestro satélite es un lugar ideal para probar material espacial, vehículos, y para aprender a vivir en el espacio, sin olvidar sus recursos naturales (agua, metales…).
Propulsión china
El gigante asiático planea enviar astronautas a la Luna antes de 2030 y tiene como principal objetivo construir allí una base.
China envió a su primer humano al espacio en 2003, mucho tiempo después de que los soviéticos y los estadounidenses lo hicieran en 1961, en plena Guerra Fría.
El programa espacial chino ha ido ganando impulso a golpe de inversiones multimillonarias.
En 2019 logró una hazaña histórica: posar una nave en la cara oculta de la Luna.
Luego, en 2020, consiguió hacer regresar una nave con muestras lunares, una operación que no se había logrado en más de 40 años.
En 2021 logró aterrizar un pequeño robot en Marte.
El regreso de Estados Unidos
Las históricas misiones lunares de la NASA se denominaban Apolo.
Medio siglo después, la agencia espacial estadounidense concentra ahora sus esfuerzos en el programa Artemis, que tiene como objetivo, oficialmente para 2025, el regreso de los astronautas, incluida la primera mujer y el primer hombre negro sobre el suelo lunar.
El objetivo es construir una base en la superficie de la Luna y una estación espacial en su órbita.
Todo para un viaje aún más complejo y ambicioso: enviar una tripulación a Marte.
El cohete Starship, desarrollado por SpaceX -la empresa del multimillonario Elon Musk- para estos viajes, explotó en vuelo durante su primera prueba el pasado abril.
Rusia en declive
Rusia lanzó una nave espacial a la Luna el viernes de madrugada en hora de Moscú, la primera desde 1976.
Denominada Luna-25, esta misión forma parte de un ciclo con miras a una posible base en órbita lunar construida conjuntamente con China.
Su cooperación con las potencias espaciales occidentales se redujo a prácticamente cero después de la invasión de Ucrania.
Sin embargo, poco después del comienzo de la guerra, en abril de 2022, el presidente Vladimir Putin aseguró que Rusia continuaría implementando su programa lunar a pesar de las sanciones occidentales.
Los nuevos en la carrera
Hasta el momento, solo tres países han logrado aterrizar en la superficie de la Luna, situada a unos 384,000 kilómetros de la Tierra: Rusia, Estados Unidos y China.
Pero los avances recientes en tecnología han hecho posible reducir el costo de las misiones, lo que alienta a nuevos aspirantes públicos o privados.
En agosto, India lanzó y logró poner en órbita de la Luna un cohete no tripulado, Chandrayaan-3.
Si todo sale según lo planeado, debería alunizar a fin de mes.
Pero la Luna no es un objetivo fácil. Una misión privada israelí que mandó una sonda en 2019 fracasó en el intento.
El mismo problema ocurrió en abril pasado con el módulo de aterrizaje Hakuto de la empresa emergente japonesa ispace.
Se espera que otras dos empresas, las estadounidenses Astrobotic e Intuitive Machines, prueben suerte a finales de este año.
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