La cancha de La Hachadura está frente a un cementerio y es algo normal ver que haya pollos y gallinas que deambulan en el terreno de juego. Sí, ese es el ambiente en que se juegan los partidos de la primera división del fútbol aficionado de Sonsonate.
«Diario El Salvador» fue hasta la La Hachadura para testificar cómo es un partido de ese sector del balompié, en el que no hay salarios para ningún jugador y tampoco una obligación de por medio para que los futbolistas acudan a los entrenamientos. Eso sí, hay equipos que tienen más auspiciadores que un representativo de primera división, que se ubica en la tabla de clasificación de la mitad hacia abajo.
.El partido entre La Hachadura y Vertientes terminó 2-2. Lo ganaba el plantel fronterizo, pero el adversario también cuenta y sobre el final, lo logró emparejar, mediante una opción de táctica fija.
El juego se acabó. El árbitro Edenilson Amaya, que no tiene asistentes en esa categoría y cobrará un poco más de $20 por el servicio prestado, sonó el silbato para indicar que todo había terminado. El timonel de los locales, René Gutiérrez, no se desborda en festejos, pero se cobija bajo la premisa que sumar un punto es bueno.
«Entrenamos dos veces por semana, martes y jueves, a las 4 de la tarde. Ahora estamos buscando el ascenso a la tercera división. Los jugadores acá no solo dependen del fútbol, cada uno tiene su trabajo. Cada quien es independiente. Acá lo que hacemos es tenerle paciencia a cada jugador, porque hay días en los que no pueden venir a entrenar. Acá a nadie se le paga, todos juegan por el amor a la camiseta», dijo el timonel del conjunto fronterizo al mismo momento en que trata de agrupar a sus pupilos para la foto general del plantel.