Detrás del producto de la sal usado en la cocina hay una fuerza laboral que desarrolla el proceso, desde la recolección hasta que se lleva a los campos en los que se procesa y posteriormente al mercado donde la adquiere el consumidor.
Así funciona en el estero del cantón Los Jiotes, en San Alejo, La Unión, la industria de la sal, que es la fuente de trabajo para un centenar de personas de la comunidad, quienes desde que finaliza la época lluviosa ingresan al mar para comenzar el proceso.
La temporada es de casi seis meses, entre diciembre e inicios de mayo, aunque algunos aún están extrayendo en este período del año, porque han tenido atrasos en el proceso y están siendo alcanzados por las tormentas.
«Primero se limpia el tanque y se encierra el agua, después se llena el plato o los freidores y luego esa misma agua pasa a otros platos, que son los calentadores; y de allí se pasa el agua más fuerte y se deja de dos a tres días, hasta que el sol cuaja esa agua y se hace sal y se deposita en los nailon», explicó Abel Melgar, trabajador de las salineras en San Alejo.
El proceso para obtener una carga de sal puede tardar un mes, aproximadamente, luego cuando ya se tiene listo el producto se carga en una lancha y se traslada hasta el estero Los Jiotes, en donde una carreta con bueyes entra al agua, aproximadamente 50 metros desde la orilla, donde desembarca el bote con el producto.
Ese trabajo de carga y de transporte en la lancha lo hacen entre tres y cuatro personas, que durante el día hacen hasta dos viajes; en cada uno pueden movilizar desde 100 a 230 quintales de sal.
El propietario de esa sal paga entre $16 y $40 por el transporte, dinero que se debe distribuir entre los que trabajaron en la carga y descarga de la embarcación. Ese precio no incluye el costo por gasolina, que lo asume el dueño de la sal.
«Regularmente aquí trabajan unas ocho carretas, pero últimamente que ya está terminando la temporada solo andan dos, y lo que ellos hacen es mover la sal que viene en la lancha y llevarla hasta las bodegas. Por cada viaje se gana $2.75 si la bodega está cerca y $3.50 a las que están un poco más retiradas. Y se hace en carreta porque no se puede meter un vehículo hasta donde desembarca la lancha», indicó Carlos Berríos, que trabaja en el transporte de sal.
Una de las consignas es que cada quien gana el salario que desea y lo que su condición física le permite. Si solo participa en un viaje de la embarcación, su pago puede ser de $10 en un lapso máximo de cuatro horas; pero si participa en dos, puede ser el doble.
Hay personas, sobre todo jóvenes, que no están dispuestas a hacer este trabajo debido a los bajos salarios y prefieren actividades como la pesca, la construcción o la agricultura.