El Festival de la Calabiuza, celebrado por niños, jóvenes y adultos, es una tradición de Tonacatepeque en la que los lugareños caracterizan personajes mitológicos de El Salvador.
Los seres fantásticos recorren las calles del pueblo pidiendo ayote en miel, mientras recitan el estribillo «Ángeles somos y del cielo venimos, pidiendo ayote para nuestro camino, mino, mino».
Según José David Herrera, residente en Tonacatepeque, todo comenzó hace muchos años con el «día de pedir ayote», que consistía en que los niños, con un morro con agujeros y una vela para iluminarse, pedían ayote en miel en todas las casas que tenían un farol encendido como señal de que ahí se había preparado el dulce manjar.
Con los años, los niños crecieron y fueron haciendo del tradicional día algo «más especial», dijo Herrera, ya que actualmente son alrededor de 10 grupos los que participan en el día de pedir ayote, ahora con el famoso nombre de Festival de la Calabiuza. A la tradición han sumado los personajes mitológicos, y se premia a mejor vestidos como ellos. También hay festivales gastronómicos, todo con la intención de que el día de la Calabiuza sea celebrado a lo grande por locales y visitantes.