El pleno de la Organización de los Estados Americanos (OEA) discutió el lunes anterior sobre los más recientes hechos en Guatemala que están impactando en la gobernabilidad democrática del país centroamericano, en medio de un turbulento proceso de transición del poder de manos de Alejandro Giammattei al presidente electo Bernardo Arévalo.
Al abrir la reunión, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, comentó que los informes del organismo destacan «la excesiva judicialización de todo el proceso democrático» en Guatemala y abogó por continuar con las acciones.
Por su parte, Estados Unidos, que ha expresado su rechazo a las irregularidades que se han producido en torno al proceso democrático de la nación centro americana, dijo por medio de su embajador, Francisco Mora, que el Gobierno actual en Guatemala sigue «escalando en la crisis» por desconocer el resultado de las elecciones en el país.
El canciller guatemalteco, Mario Búcaro, se dirigió a la asamblea regional por medio de una transmisión de video en línea, y manifestó que la transición continúa de «manera pacífica» mientras corren los trámites judiciales que el ministerio público lleva de forma independiente. En la sede del organismo en Washington, los representantes revisaron las acciones seguidas por el Congreso Nacional de Guatemala, que ha despojado de inmunidad a cuatro magistrados propietarios del Tribunal Supremo Electoral para investigarlos penalmente.
La cruzada contra el ente colegiado, que arbitró las elecciones generales del 25 de junio de este año y la segunda vuelta que dio la victoria a Arévalo el 20 de agosto, ha sido punto de discordia desde que el ministerio público de Guatemala, encabezado por la fiscal general, Consuelo Porras, enfiló hacía ahí sus acciones para desvirtuar el resultado de los comicios.
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