El reciente 6 de enero se abrieron las votaciones a los salvadoreños en el extranjero para los próximos procesos electorales.
Resulta sorprendente ver que los mismos de siempre, como Claudia Ortiz, de un partido manejado por gente que ha sido muy cuestionada; Karina Sosa y César Reyes del FMLN-ARENA, el matrimonio que hundió a nuestro país en la desgracia y el caos, fueron quienes en el momento de aprobar la ley que posibilitaría este avance democrático se pronunciaron en contra, negando su apoyo y a que los salvadoreños en el exterior pudieran votar.
Pero como son una minoría que no logra ni el mínimo de votos que la democracia parlamentaria requiere, fue la bancada cian la que aprobó y permitió ese derecho con que cuentan los ciudadanos de países libres y avanzados de poder elegir, aun residiendo en el extranjero.
ARENA, FMLN y VAMOS, sin embargo, ahora están pidiendo el voto electrónico a los salvadoreños de la diáspora.
¡Ve qué bonito! Más bien, ¡qué cinismo más descarado!
Estos partidos —fieles representantes de la decadencia del pasado a la que la mayoría hemos decidido no regresar— tienen en esos legisladores a unos expositores de la incoherencia como funcionarios del pueblo.
Politiqueros a fin de cuenta.
Este cinismo político no solo erosiona la confianza de los votantes, sino que también pone en tela de juicio el respeto que los ciudadanos salvadoreños en el exterior se merecen por parte de los funcionarios.