La pitahaya, también conocida como fruta de dragón, tuna, cactus o guacamaya, es una fruta perteneciente a la familia Cactaceae. Las plantas que dan estos frutos son suculentas y muy resistentes a las sequías. Suelen enredarse en los árboles y alimentarse de la humedad de sus cortezas. Trepan por las ramas entre ocho y 10 metros del suelo, sin penetrar un solo centímetro en la tierra.
En El Salvador, poco se conoce sobre esta planta, razón por la que el Museo de Historia Natural de El Salvador (Muhnes) desarrolló una investigación para conocer sus propiedades.
«Nos interesó porque es un recurso genético de fruta muy atractiva que, además de su sabor delicioso, tiene muchos beneficios para la población y es un recurso que no se aprovecha. La gente lo ve, a veces lo reconoce y a veces no», explica José Gabriel Cerén, técnico del herbario del Muhnes.
Según el experto, el fruto es rico en nutrientes como calcio, fósforo, proteínas, minerales esenciales y vitamina C. Su cáscara es rica en antioxidantes, que ayudan a la defensa del cuerpo.
En el campo, pocas personas la consumen, aunque la posean en los patios de las casas. En la ciudad, el consumo es catalogado como elitista, ya que el precio a pagar es alto.
De acuerdo con el técnico del Muhnes, en otros países la pitahaya se aprovecha al máximo: «Sirve para teñir, para fines cosméticos, ornamentales, de protección. En las tesis que elaboramos este año detallamos este tipo de información, porque no es solo comerla y ya. Tiene muchos usos».
Hay estudios sobre la cáscara de este fruto, con el cual se ha logrado identificar que es útil para aliviar la colitis, úlceras, diabetes, entre otras. De igual manera, se han hecho análisis de los tipos de preferencia de consumo de las pitahayas del país, en los que se ha logrado observar diferencia entre el oriente y el centro oriente.
«Presumimos, este es un primer acercamiento, que estos saberes que la gente tiene actualmente los ha heredado de sus antecesores, de sus comunidades indígenas, así que probablemente se deba a una preferencia cultural», refiere Cerén.
La flor de la pitahaya tiene una belleza inigualable y fugaz, ya que solo se abre una vez, en horas nocturnas, y el olor que emana de ellas atrae a muchos insectos y a mamíferos como los murciélagos, quienes son sus mejores polinizadores en el medio natural. Esta flor solo se logra observar entre marzo y septiembre, en dos únicas ocasiones.
Principales beneficios de la pitahaya
Por ser una fruta rica en polifenoles, que son antioxidantes, ayuda a proteger las células del organismo. Las semillas en la pulpa ayudan en el proceso de digestión.
Combate enfermedades cardiovasculares, ya que sus semillas contienen ácidos grasos esenciales como el Omega-3.
Contiene oligosacáridos, que son fibras que combaten el estreñimiento, por lo cual ayuda a regular el intestino.
Por ser una fruta rica en agua, posee propiedades diuréticas. Ayuda a deshinchar el organismo, combate la retención de líquidos y regula la presión arterial.