TOMO I- SEGUNDA PARTE
En Centroamérica, el sentimiento de independencia comenzó a crecer por las ideas liberales del Periodo de Ilustración. Historiadores creen que el fenómeno detonante fue la invasión napoleónica a España en 1808, que significó el colapso temporal de la autoridad real. Desde ese año hasta 1814, en San Salvador se produjeron varios importantes alzamientos.
El más emblemático es del 5 de noviembre de 1811, cuando aproximadamente a las cuatro de la mañana, siendo párroco el presbítero y doctor José Matías Delgado, tocó las campanas de la iglesia La Merced. Ese mismo día, a las ocho de la mañana, el prócer Manuel José Arce, ante todo el pueblo reunido en la esquina del ayuntamiento de San Salvador, pronunció el primer llamado por la libertad al grito: «No hay rey, ni intendente, ni capitán general, sólo debemos obedecer a nuestros alcaldes».
Los congregados con gritos y vítores aprobaron el plan revolucionario. De esta primera insurrección por la independencia participaron los próceres José Matías Delgado, Manuel y Vicente Aguilar, Bernardo Arce de León, Juan Manuel Rodríguez, los hermanos Domingo y presbítero Mariano Antonio de Lara, Leandro Fagoaga, Juan Miguel y Francisco Delgado, Juan y Pedro Aranzamendi, Pedro Pablo Castillo, Carlos Fajardo, Fulgencio Morales, Antonio Campos y Eusebio Mena, entre otros.
Posterior al Grito de Independencia, obreros, estudiantes y campesinos organizados por Pedro Pablo Castillo confiscaron tres mil fusiles, los fondos de las cajas reales y prepararon un grupo para disponerse a la luchar por la libertad. Aunque un mes más tarde el movimiento fracasó, este acontecimiento marcó el camino para lograr la independencia de España.
Otros dos alzamientos que adquirieron relevancia, siempre vinculados al 5 de Noviembre, se realizaron el 24 de noviembre de 1811, en la ciudad de Metapán, y el del 20 de diciembre de 1811, en Sensuntepeque.
Documentos que respaldan los hechos
El Grito de Independencia está plasmado en una pintura creada por el chileno Luis Vergara Ahumada. El cuadro fue pintado, aproximadamente por los años 50 del siglo pasado, y colgado en la exantigua casa presidencial, en San Jacinto, lugar que lo sigue resguardando. Las medidas de esta pieza son de 337 por 237 centímetros.
En la iglesia La Merced se encuentra un libro resguardado de más de 200 años de antigüedad, en él se observa un manuscrito de puño y letra del prócer Delgado que hace constar de su permanencia en la parroquia ese 5 de noviembre.
En el Decreto Legislativo número 172, del 19 de septiembre de 1930, se expresa que la Asamblea Nacional Legislativa, de ese entonces, declaró como Monumento Nacional la torre de la iglesia de La Merced porque tiene «un alto valor histórico, por ser la misma desde la cual el Padre de la Patria José Matías Delgado, anunció a toques de campana, que era llegada la hora de proclamar la independencia política de Centroamérica».