Desde que se estableció bitcóin como moneda de curso legal en 2021, el Estado salvadoreño inició la construcción de una reserva de la moneda digital, a través de diferentes mecanismos que incluyen la compra directa, minería e inversiones de empresarios que buscan obtener la residencia de Adopting El Salvador.
Una buena parte de esos fondos se encuentran almacenados en una billetera fría, que es una wallet mucho más segura que aísla en dispositivos físicos tipo USB las claves privadas o contraseñas para acceder a los fondos, de manera que solo puedan ser administrados cuando ese aparato se conecta a una computadora.
Actualmente, El Salvador mantiene más de 5,693 bitcoines en ese monedero digital, pues a los depósitos que ha hecho el Gobierno se le suman alrededor de 200 donaciones anónimas de satoshis (la unidad mínima de bitcóin, en un bitcóin hay 100 millones de satoshis) que han hecho usuarios de la red a la dirección que publicó el presidente Nayib Bukele el pasado jueves en su cuenta de X.
Esa dirección (que equivale a un número de cuenta bancaria) sirve, además, para poder ver en tiempo real los movimientos que está haciendo el Gobierno con las reservas; en otras palabras, está en escrutinio público. Cualquiera puede escanear el código QR o copiar el código alfanumérico que compartió el presidente y pegarlo en el buscador de sitios de seguimiento como mempool.space para rastrear las compras o donaciones.
Por otro lado, es importante mencionar que la administración de Bukele continúa con la operación de compra de un bitcóin por día y ha apuntado su intención de seguir con ello en los próximos meses.
Una compra a largo plazo
El presidente Bukele dijo que el Estado no venderá el bitcóin que posee, aún y cuando se han percibido ganancias superiores al 40 % con los recientes picos en la cotización del producto financiero digital, que lo llevaron a superar los $73,000 la semana anterior. Y aunque ayer se mantenía en $67,000, las proyecciones de expertos indican todavía más crecimiento para los próximos meses.
Esa previsión de aumento se debe a la misma naturaleza del bitcóin. Al ser una moneda deflacionaria, es decir, que es inmune a la inflación, pues tiene una producción decreciente y con un límite establecido por la tecnología blockchain en la que fue creada, su valor se ve influenciado por cualquier incremento en la demanda o cualquier reducción en la oferta.
Es así como la aprobación de 10 fondos cotizados en Estados Unidos, que ha permitido a inversionistas institucionales inyectar más de $11,000 millones al mercado (más demanda) sin tener que comprar las monedas de forma directa, sino a través de gestores como BlackRock, y la inminente llegada del halving, que reduce a la mitad la producción diaria de monedas, ha impulsado y seguirá empujando la cotización del criptoactivo.
A ello se suma la acelerada adopción de la divisa digital en personas individuales, que también suma a la demanda.