En su afán por deslegitimar la guerra efectiva en contra de las pandillas que realiza el gobierno, y que ha generado niveles inéditos de tranquilidad para la población honrada, el presidente del opositor partido ARENA, Carlos García Saade, manifestó ayer que «la seguridad no se come», en respuesta al planteamiento de un salvadoreño que reconocía los avances en seguridad pública.
La inseguridad es uno de los flagelos sociales que no fue resuelto durante los 20 años que ARENA gobernó el país, y ahora, junto al FMLN y otros partidos de oposición, niega sus votos en la Asamblea Legislativa para que el Gobierno disponga de herramientas (legales y financieras) para combatir a las pandillas.
«El hecho de que tenga más seguridad: ¿le ha puesto más billetes en la bolsa? ¿que le alcance más la comida? ¿que la canasta básica le baje de precio? No ¿verdad? Al final, la seguridad no se come», señaló Saade en la entrevista Encuentro, del canal TVX.
El desprecio que mostró García Saade por los avances en la seguridad pública que benefician a todos los salvadoreños parece tener cierto sentido, porque en el pasado el partido que él dirige tuvo acercamientos y negoció con los miembros de las pandillas para ganar las elecciones presidenciales de 2014, a cambio de darles beneficios económicos y sociales, financiados con recursos públicos.
Ese tipo de negociaciones al margen de la ley fueron encabezadas por Ernesto Muyshondt, -exalcalde de San Salvador- quien está en la cárcel por la judicialización de ese caso, y Norman Quijano, quien ya fue desaforado como diputado del Parlamento Centroamericano (Parlacen) para que enfrente el proceso penal.
El desmérito de Saade por la histórica reducción de los homicidios -y de la violencia en general en el país- generó reacciones en su contra, siendo una de estas la del jefe del grupo parlamentario de Nuevas Ideas, Christian Guevara.
«Pregúntenle al amigo presidente de ARENA: ¿Y muerto de qué le sirve un dólar en la bolsa? ¿Y muerto de qué le sirve un cartón de huevos? ¿Por qué él dice que la “seguridad no se come?”», planteó.
El analista y experto en seguridad pública Ricardo Sosa calificó las declaraciones del presidente de ARENA como «una tremenda falta de respeto hacia las víctimas» de las pandillas. El tercer y cuarto gobierno de ese partido impulsaron las fracasadas políticas de seguridad conocidas como Plan Mano Dura y Súper Mano Dura.
«Durante las administraciones del partido político del cual ahora él es presidente y representante legal, se formaron, organizaron, expandieron las pandillas en El Salvador, asesinaron y desaparecieron personas, extorsionaron, desplazaron a la población dentro y fuera del país, y ese instituto político solo tuvo planes y políticas de marketing político, para finalmente negociar y pactar con el crimen organizado para tratar de mantenerse o regresar al poder», declaró Sosa.
Contrario a las acciones y decisiones de los gobiernos anteriores, el presidente de la república, Nayib Bukele, impulsa el combate de las pandillas con la implementación del Plan Control Territorial (PCT) y el régimen de excepción, política que también fue atacada ayer por el presidente de ARENA.
«Encarcelando a 65,000 salvadoreños no va a quitar la inseguridad del país. Que ha mejorado, sí ha mejorado, nadie lo duda. En realidad, están detenidas porque ni siquiera los juicios le han hecho», señaló Saade, quien obvió hablar de la histórica reducción de los homicidios a escala nacional.
Según Sosa, las acciones de seguridad del presidente Bukele han permitido una importante reducción de los homicidios. Por ejemplo, -dijo- el promedio de asesinatos diarios del 1.° de enero al 19 de marzo de 2023 fue 0.4, y del 1.° al 19 de marzo del corriente es de 0.3.
«Marzo 2023 registra 13 días con cero homicidios, de 19 finalizados. Y en seis días se ha registrado un homicidio en cada uno de esos días, para el total de seis en 19 días», añadió el criminólogo.
Aclaró que los homicidios registrados son provocados por la violencia social, los actos intolerancia producto de consumo de bebidas alcohólicas y la violencia intrafamiliar, y ya no por el accionar de las pandillas que por años causaron luto y dolor a las familias salvadoreñas honradas.