Tras 100 días sin competir, El Salvador volvió a su recta de trabajo en el camino hacia Norteamérica 2026. Perú fue el examinador. Los incas hallaron cuatro goles, dos de Lapadula, uno de Reyna y otro de Cueva.
La Azul botó en los últimos 15 minutos lo que había hecho hasta el 75′. Se cayó en lo mental y recibió fuerte castigo de los incas que vencieron por 4-1, un golpe bajo en una noche fría en Washington.
Lo que Hugo Pérez temía en la antesala pasó. Su equipo se derrumbó en lo emocional y lo pagó caro.
Desenlace fatal
El Salvador enfrentó agudas dificultades para tener la pelota ante un Perú, que se la escondió con mucho toque preciso.
Así, el equipo inca dio una bofetada helada al 19′ con un tanto adjudicado a Gianluca Lapadula, pero que Ériq Zavaleta incrustó de cabeza en el arco de Tomás Romero.
Tras esa conquista peruana, El Salvador se quedó con el balón. Empezaron a aparecer en mitad de cancha Kevin Reyes, Alexánder Roldán y Enrico Dueñas.
De esa manera, el equipo nacional trasladó el balón hasta el área de los incas. Así llegó el penalti de la Azul, al 33′, para el cobro de Alexánder Larín. Engañó al meta peruano para el 1-1 y hacer que las emociones de los hinchas cuscatlecos se desbordaran.
La lata de festejos azules se abrió, pero no iba a ser por mucho tiempo, debido que al 39′, Lapadula iba a vencer con un penalti a Tomás Romero. Le mandó un potente toque para el 2-1. Los suramericanos volvían a estar arriba en el marcador y se adueñaban otra vez del balón.
Luego, a un minuto del final del primer tiempo, El Salvador estuvo cerca del empate. Dueñas se la mandó al espacio a Cristian Gil, que mostró una de sus mejores versiones en el ataque cuscatleco, pero no alcanzó a tener la efectividad necesaria y se esfumó una buena opción para la Azul.
La primera mitad de la Selecta no había sido del todo mala, pese a que le había costado tener presencia en el área peruana.
Llegó el complemento y la Azul volvió a llegar al arco inca. Jairo metió un balón preciso para Cristian Gil, quien la dejó para Kevin Reyes, quien estaba de frente al marco, pero el balón se fue desviado.
Jairo Henríquez seguía siendo ese dínamo que la Azul necesitaba para generar fútbol. De nuevo sumó confianza en la selección, pero también el esfuerzo de Gil era de mucho valor.
Eran buenos momentos para el equipo nacional ante una Perú que tenía complicaciones para salir de su arco.
La zaga peruana pesaba dificultades en zaga y tenía que hacer un doble esfuerzo para contener la avanzada nacional, con un Henríquez que estaba enchufado. Debido a eso tuvo que llegar al juego el zaguero Luis Advíncula.
Al 62′, Henríquez la tuvo con claridad, un balón que Tamacas metió al área, pero no pudo concretar de primera intención. La mandó a la última grada norte del Audi Field.
La Azul volvía a hilvanar, a tejer jugadas. Se metía al área rival, pero siempre ese último paso era impreciso.
Ante eso, Hugo Pérez mandó a la cancha a Nelson Bonilla y Joaquín Rivas, para buscar al menos el empate.
Pero a nueve del final, Roberto Reyna marcó el tercero y luego Cueva cerró cuenta al 86′ para el derrumbe de la Azul.