Cuando comenzó la pandemia en el país, la doctora Estrella Cabrera era médica residente y enfrentó la enfermedad desde la primera línea, atendiendo a pacientes con la COVID-19. En enero de 2021 se incorporó al Hospital El Salvador como parte del personal de medicina interna de hospitalización. En esos días ya conocían de primera mano los efectos negativos de la infección por coronavirus.
Sin embargo, el sentimiento de preocupación se convirtió en esperanza cuando llegó el primer lote de vacunas anti- COVID-19 al país, en febrero de 2021, y las autoridades anunciaron que sería el personal de primera línea, como médicos y policías, el que recibiría inicialmente el biológico.
«Fue una esperanza contar con una vacuna que puede mejorar el pronóstico de los pacientes. Fue algo innovador que nos llenó de emoción y que iba a permitir ver cómo iban mejorando los cuadros. Yo tengo las tres dosis, luego presenté un cuadro de COVID-19, pero fue un cuadro leve, y lo asocio al hecho de que yo ya contaba con inmunidad adquirida por las tres vacunas», narró la doctora Cabrera.
La especialista indicó que han observado que los pacientes que cuentan con el esquema completo de vacunación tienen cuadros más leves en comparación con los pacientes que no tienen vacunas, pues son quienes presentan una evolución menos favorable. «Si no tuviéramos las altas tasas de vacunación en el país, probablemente habría más ingresos y efectos negativos. Pero vemos que la mayor parte ha sido de cuadros leves que han sido manejados de manera ambulatoria. La vacuna ha ayudado a que haya una recuperación favorable», reiteró la especialista.
En el Hospital El Salvador hay tres áreas: una es la de hospitalización, donde se recibe a los pacientes más estables; luego está el área de cuidados intermedios, y la tercera es la de cuidados intensivos, donde están los pacientes más delicados y que requieren más oxígeno.
Diariamente reciben a pacientes de todo el país y están en comunicación directa con los hospitales nacionales. Cuando los pacientes mejoran y ya no necesitan oxígeno, se preparan y pasan a un proceso de prealta, donde reciben una evaluación final antes de que puedan salir. Luego se informa a la familia que los pacientes podrán continuar la recuperación en casa y se les preparan los medicamentos.
De acuerdo con la doctora, la mayor satisfacción de su trabajo es que los pacientes empiecen a recuperarse y regresen a sus casas. «Lo más gratificante han sido esos pacientes que se recuperan y luego nos envían cartas de agradecimiento», enfatizó.
También destacó que contar con los equipos especializados ha permitido la recuperación de más de 10,000 pacientes en el Hospital El Salvador, el cual ha sido ejemplo a escala regional. «En Centroamérica y Latinoamérica hemos sido ejemplo para muchos otros hospitales. Frecuentemente nos vienen a visitar del extranjero para conocer cómo trabajamos acá y tomar ejemplo de la metodología», apuntó Cabrera.