El Salvador ya se encuentra en la transición hacia la época seca, y una de las principales cualidades de este periodo es que disminuye el caudal de los ríos, y sucede mayor afloramiento de algas en el agua, las cuales pueden provocar efectos tóxicos en las personas que la utilizan o consumen.
Por lo tanto, el Laboratorio de Alerta Temprana e Investigación Limnológica de la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA), cuenta con equipo tecnológico y tres biólogos que se encargan de realizar un muestreo de los ríos cada semana para analizar diferentes parámetros en el agua, como la presencia de algas, o elementos que las generan, como fósforo. Luego, brindan informes a las autoridades para que se puedan tomar acciones en las plantas de la ANDA, y evitar que estos elementos puedan llegar a las plantas de abastecimiento.

El laboratorio ya cumplió su primer año de funcionamiento, y actualmente monitorea ocho puntos en la cuenca alta del río Lempa. En la planta potabilizadora Torogoz se analizan unos ríos tributarios para supervisar la calidad del agua y se rastrea el río Mojaflores y el Lempa. Además, vigilan las plantas potabilizadoras de la ANDA en Chilama, Tamulasco y El Rosario en Metapán. También cuentan con un programa de monitoreo en conjunto con el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), y la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del río Lempa (CEL), con el que evalúan cinco puntos del lago de Güija.
«Actualmente, el análisis del lago de Güija es importante por el aviso que se ha realizado que la mina Cerro Blanco va a entrar en operaciones en Guatemala. Desde el 2007, se han descargado aguas termales al río Ostúa. Nosotros vamos a empezar a formar una línea base para ver en qué condiciones está el lago», informó Luis Ortez, coordinador del laboratorio.

El procesamiento de las muestras las realiza en diferentes equipos. Uno de ellos se encarga de medir la toxina producida por un grupo de fitoplancton que causa problemas a la salud pública. Según indicaron los especialistas, se evalúa, porque es la cianotoxina más común.
Hay otros equipos que se encargan de analizar la presencia de coliformes totales fecales en agua tratada, y de nitrógeno y fósforo en el agua, porque, junto a la luz solar, son los principales componentes para tener la presencia de algas.
También analizan el color del agua, ya que, si presenta un tono verde oscuro indica que tiene más presencia de microorganismos, para ello, cuentan con cámaras especializadas y con una metodología que permite generar resultados comparables con centros de investigación en la región.

Toda esta información es enviada a las plantas de la ANDA. En la planta Torogoz, se cuenta con un protocolo de actuación cuando se emite alguna alerta desde el Laboratorio de Alerta Temprana. Por ejemplo, cuando hay alta densidad celular en la Bocatoma, los técnicos inician la adición de sustancias para regular la cantidad de químicos. «El monitoreo que realizamos le sirve a la planta Torogoz para empezar a actuar en su proceso, adicionando químicos, aumentando el tiempo de las carreras de retrolavado para limpiar los filtros y tenerlos en las mejores condiciones y evitar que los organismos lleguen al sistema de agua», explicó Ortez.
También tienen material educativo para capacitar a los operadores en las plantas, donde se les explica sobre la turbidez y los olores del agua, así como la floración de algas. Actualmente, ya se comenzó con las capacitaciones para la época seca.
El presidente de la ANDA, Rubén Alemán, enfatizó que este laboratorio es un aporte a la prevención y aseguramiento de la calidad del agua que reciben los salvadoreños en sus hogares. «ANDA se está preparando para la época de verano. Estamos hablando de parámetros diferentes a los de invierno porque se trata de algas y no de turbidez», explicó el funcionario, e indicó que el laboratorio «viene a engrosar todo el trabajo de aseguramiento y de control de calidad dentro de ANDA», aseguró Alemán.