La historia preserva relatos de tristeza, represión e injusticia como parte del espinoso camino que las mujeres han recorrido en la búsqueda de la igualdad de derechos en el mundo. Por años, la balanza favoreció al sector masculino, al limitar que las mujeres de una vez por todas pudieran demostrar por medio de sus habilidades, destrezas y conocimientos todo lo que son capaces de hacer.
En el área laboral, el trato discriminatorio hacia las mujeres se refleja en la desigualdad de las remuneraciones, en las jornadas y las funciones, entre otras cosas que sin duda han boicoteado su progreso. Sin embargo, actualmente se ha logrado botar los muros de la segmentación laboral y, aunque hay muchos temas pendientes, encontramos que cada vez más las mujeres ganan oportunidades.
Es por esto que hoy te presentamos a mujeres salvadoreñas destacadas en puestos de trabajo poco convencionales.
Diana Verónica Andrade – 23 años – Barista
Actualmente ya no hablamos solo de el barista cuando nos referimos a la persona que está detrás del arte del café. Ahora es necesario sumar el artículo femenino dado que cada vez es más recurrente que al levantar la mirada en un restaurante o competencia una mujer sea la barista.
Diana, con cuatro años de experiencia como gerente y barista de la cafetería Luz Negra, expresa que siempre le causó fascinación elaborar una buena taza de café que cumpliera con todos los filtros de calidad del barismo.
Comenta que, aunque se creía que esta profesión era un mundo solamente de hombres, la incursión de mujeres va creciendo, situación que la llena de emoción dado el evidente progreso en el tema de la inclusión.
Expresa que, aunque en algunas ocasiones ha logrado percibir algún tipo de discriminación por parte de los clientes, sus compañeros de trabajo y colegas confían en su capacidad profesional.
La joven enfatiza que con la práctica ha logrado pulir sus conocimientos, y no descartar la idea de participar en una competencia internacional.
Yaneth Vásquez – 45 años – Bombera
Por muchos años los trabajos vinculados a la fuerza física y los cuerpos de seguridad o socorro fueron destinados únicamente a los hombres. Sin embargo, las políticas de género han abierto espacio al público femenino, lo que demuestra que las mujeres han dejado de ser el «sexo débil» y cada vez están más presentes en instituciones donde se creía que solo podían ejercer los hombres. Este es el caso del Cuerpo de Bomberos de El Salvador, que entre sus filas ya cuenta con el valioso trabajo de Yaneth Vásquez, quien desde hace 12 años lleva a cabo con mucho compromiso las actividades de un bombero.
Ella está completamente orgullosa de ser una de las cuatro mujeres en esta profesión. Manifiesta que su ingreso no fue sencillo, pero su excelente condición física y espíritu de servicio fueron fundamentales para superar todas las pruebas.
La valiente bombera es madre, y desarrolla jornadas de 48 horas de servicio. Comenta que esto no ha sido impedimento para cuidar de sus hijas. Expresa que le gustaría que más mujeres se animaran a formar parte del Cuerpo de Bomberos.
Irma Molina – 20 años – Futbolista
Las brechas de género en la industria del fútbol están entre las más grandes de todos los rubros laborales. Por mucho tiempo este deporte ha sido el mayor exponente de la pasión, entusiasmo y admiración de los hombres, tanto que se llegó a pensar que las mujeres no tenían cabida alguna en este. Sin embargo, las cosas cambiaron. Actualmente, el fútbol ha dado apertura al sector femenino, y hoy podemos ver casos de mujeres que no solo están en el fútbol, sino que con su admirable destreza destacan.
Irma Molina forma parte del Alianza Women como lateral derecho, equipo que en el pasado torneo se consagró bicampeón en la liga femenina. Mima, como cariñosamente es conocida, reconoce haber escuchado expresiones de que el fútbol es «cosa de hombres», pero eso no representó ningún impedimento para luchar por sus sueños y consagrarse en la cancha.
Sostiene que hasta el momento nunca ha percibido ningún tipo de discriminación por parte de su círculo social, familiar u otros, al contrario, la animan a seguir preparándose profesionalmente dentro del balompié.
Beatriz Alegría – 25 años – controladora de aeródromo
En lo alto de la torre de control del Aeropuerto internacional de El Salvador encontramos un mundo completamente distinto, ahí es donde se garantiza la seguridad en el aire y la tierra de millones de pasajeros al año. Hasta hace poco ese espacio era completamente ocupado por hombres, pero en la actualidad las nuevas aperturas en las políticas de CEPA hicieron posible la incursión de mujeres en el increíble trabajo del control aéreo.
Beatriz Alegría es una de las cuatro profesionales que se destaca en este apasionante mundo. Admite que soñaba con ser aeromoza, pero cuando se presentó la oportunidad de una beca que auspiciaba CEPA decidió aplicar y someterse al riguroso entrenamiento.
Actualmente, desde la torre de control, día a día ordena, separa y brinda seguridad a las aeronaves; coordina en cada etapa el vuelo y la velocidad de todos los aviones que se acercan para alinearlos antes de aterrizar o despegar, entre otras tareas.
Expresa sentirse muy orgullosa del trabajo que hace y que nunca se detuvo a pensar que era un trabajo exclusivo de los hombres. Por lo que aceptó con responsabilidad las exigencias del cargo.
Érika Mejía – 25 años – marina mercante
A escala mundial, es poco común encontrar a mujeres navegando los océanos y haciendo labores relacionadas con el mar. Sin embargo, a paso lento se comienza a ver un cambio en la participación de mujeres en todas estas actividades para dejar de lado los prejuicios y convertirse en miembros valiosos de las tripulaciones de buques.
En representación de la mano de obra calificada que pone en alto El Salvador, encontramos a Érika Mejía, quien desde hace cinco años tripula cruceros alrededor del mundo, donde pone sus conocimientos al servicio de otros y practica todo lo que aprendió en el primer curso de marinos mercantes desarrollado en el país.
La joven expresa que, aunque la vida en el mar es difícil y en ocasiones de 80 tripulantes de servicio solamente tres o cuatro son mujeres, ha afrontado con seguridad todas las asignaciones que se le delegan, dejando claro que en ese trabajo todas y todos son iguales.
Las jornadas son extenuantes. Constantemente, Érika hace ejercicios de emergencia como parte de los protocolos a bordo de un buque, y agradece la oportunidad de navegar y conocer el mundo por medio de su profesión.
Asegura haber vivido episodios de discriminación por ser latina y mujer, situación que en las primeras ocasiones la afectaban, pero que con el paso del tiempo le sirvieron de motivación para continuar creciendo.
Cibeles Miranda – 33 años – Árbitra
En el mundo hay 80,545 árbitras, que representan un 10 % del total de árbitros. En el continente europeo, Alemania y Francia son algunos de los países líderes que apuestan a la incorporación de mujeres en el fútbol y el arbitraje, con el objetivo de lograr equidad en la industria futbolística. Aunque también en países como El Salvador ya se pueden disfrutar los encuentros con un excelente arbitraje hecho por una mujer.
Cibeles, quien es árbitra hace 17 años, es un claro ejemplo de la apertura que poco a poco se ha ido dando a las mujeres en el balompié, al punto que ha logrado ser una de las cuatro árbitras internacionales de El Salvador.
Su trabajo le ha permitido conocer y ejercer su profesión en países como Guatemala, Costa Rica, México, Estados Unidos, Puerto Rico, así como estar en grandes finales de fútbol. Confiesa que, aunque todo surgió de una invitación para formarse como árbitra, nunca llegó a pensar que le gustara tanto, ya que temía ser insultada o discriminada.
A pesar de eso, expresa sentirse satisfecha con lo que ha logrado y desea continuar creciendo profesionalmente hasta cumplir una de sus metas: estar en un mundial de fútbol. Admite que aún se percibe una clara discriminación por parte de algunas personas, pero asegura que esto no la detendrá.
Marielba Herrera – 45 años – Antropóloga
Cada vez que se piensa en una persona haciendo investigaciones, publicaciones y demás sinónimos de trabajos intelectuales, se cree que son elaborados por hombres, y no es casualidad. Según datos de la Unesco, menos de un 30 % de todos los investigadores en el mundo son mujeres. Pero no todo es tan sombrío. Con el paso de los años, las mujeres han comenzado una carrera maratónica, que aunque ha sido claramente con desventaja frente a los hombres, ha tenido buenos resultados y ha logrado que cada vez las mujeres se involucren.
Marielba Herrera, antropóloga y experta en investigaciones, destaca por la excelencia en el ejercicio de su profesión y a la fecha reúne innumerables investigaciones de invaluable valor. Desea continuar creciendo profesionalmente para lograr que en el mundo las mujeres sean autoras y no coautoras, dice.
Con 10 años ejerciendo la profesión de antropología, comenta que sus proyectos principalmente buscan rescatar la identidad y el valor cultural, y por medio de ellos ha logrado romper cualquier intento de discriminación.
Proviene de una generación donde pocas mujeres estudiaban antropología y agradece que sus mayores influencias profesionales fueron mujeres, quienes siempre la incentivaron para apasionarse de la profesión. Herrera lucha para que con su trabajo también se reivindique a sus antecesores afrodescendientes.