El gigante de la agroindustria estadounidense General Mills suspendió el jueves sus gastos publicitarios en Twitter, un signo más de que los anunciantes están preocupados por la ambigua visión sobre la moderación de contenidos del magnate Elon Musk, nuevo propietario de la plataforma.
«Pausamos la publicidad en Twitter», confirmó a la AFP Kelsey Roemhildt, una portavoz de General Mills, que agrupa las marcas Cheerios y Häagen-Dazs. «Vamos a continuar vigilando la evolución de la situación y a evaluar nuestros gastos de marketing», agregó.
Desde el viernes, un día después de la compra de Twitter por parte del patrón de Tesla y de SpaceX, el fabricante estadounidense de vehículos General Motors indicó que paraba temporalmente sus pagos de publicidad en esa plataforma.
El diario Wall Street Journal afirmó este jueves que Mondelez international, el fabricante de galletas Oreo, Pfizer y Audi (Volkswagen) también habían tomado decisiones similares.
Los anunciantes, que representan el 90% de los ingresos de la red social, temen que relajar las reglas de moderación de contenidos haga la plataforma inhóspita. La mayoría de las marcas prefieren evitar cualquier asociación con ciertos contenidos.
En su intento de tranquilizar a las marcas, Musk les dirigió una carta prometiendo que Twitter no se convertiría en una plataforma «infernal», «donde se pueda dar rienda suelta sin consecuencias».
También prometió crear un consejo de moderación de contenidos, así como esperar algunas semanas antes de volver a autorizar cuentas de algunas personalidades vetadas, como Donald Trump.
Pero ni los anunciantes ni numerosas ONG parecen estar convencidas.
Asociaciones de defensa de la democracia y de la lucha contra la desinformación escribieron una carta abierta a los 20 anunciantes más grandes en Twitter, entre ellos Coca-Cola, Google y Disney, instándoles a presionar a Elon Musk con cesar su publicidad ante temores de que la plataforma abra espacios a discursos de odio o a la desinformación.