Uruguay puede fantasear y alimentar esa ilusión con jugadores de primer nivel, dijo el nuevo entrenador de su selección de fútbol, el argentino Marcelo Bielsa, al ser presentado este miércoles ante la prensa en el Estadio Centenario de Montevideo.
Bielsa no ofreció novedades pero sí respuestas conceptuosas cargadas de sentido. Nada reveló, por ejemplo, acerca del futuro en la selección de las últimas grandes estrellas celestes, como los delanteros Luis Suárez Y Edinson Cavani.
«Cualquier decisión que involucre a algún jugador con antecedentes históricos no puede ser tratada sin escucharlos. Soy muy respetuoso de los ídolos porque son patrimonio de la gente y el ídolo es un metal precioso para los más pobres. Jamás haría conscientemente algo que pueda dañar a un ídolo», explicó.
El rosarino, de 67 años, se explayó, en cambio, sobre cómo se resolvió para asumir la conducción de la Celeste.
Uruguay es de los países que, en el plano fubolístico, «puede fantasear y alimentar la ilusión con jugadores de primer nivel», dijo al explicar porqué había descartado ofertas económicamente mucho más tentadoras que le hicieron llegar distintos clubes, aunque no reveló montos.
Sentires
«Una de las cosas que consideré mucho es que no iba a tener en ningún club de los que a mí pueden ofrecerme un grupo de jugadores como los que Uruguay tiene en este momento», dijo.
«No tuvieron que convencerme, casi diría que todo lo contrario. Mi deseo de pertenecer a este proyecto tiene dos extremos: los jugadores que posee Uruguay, y el destinatario de lo que uno hace: el ciudadano de a pie».
«La forma en que entiendo el fútbol es asimilable a los jugadores con que contaré», señaló.
Tras mencionar el poco tiempo que tendrá para trabajar antes del debut celeste ante Chile, en septiembre, en las eliminatorias sudamericanas para el Mundial 2026, dijo que se dedicará a seguir especialmente a los jugadores que menos conoce.
«Los grandes jugadores no necesitan demasiado tiempo para asimilar un estilo si ese estilo los representa. Y los grandes de verdad lo hacen instantáneamente», remarcó el exentrenador de Chile y Argentina y de clubes como el Leeds United, Athletic de Bilbao y Olympique de Marsella entre otros.
Recambio
Señaló también que aprovechará al máximo los nueve días en los que dispondrá de los seleccionados en junio en vistas de los amistosos internacionales que la Celeste disputará en Montevideo ante Nicaragua y Cuba, el 14 y el 20 de ese mes.
De cara al premundial, indicó que convocará inicialmente a «tres o tal vez cuatro» jugadores por posición para conformar un grupo de entre 33 y 40 futbolistas. «Luego llegará el momento de elegir».
Consciente de la distancia existente entre los futbolistas que se desempeñan en el exterior y los que juegan en la liga local («es culpa del mercado» reflexionó), Bielsa elogió, sin embargo, el desempeño de la selección sub 20 uruguaya que se consagró subcampeona del último Sudamericano de la categoría, en febrero, en Colombia.
«Seguí con mucha atención» a ese equipo, dijo. «La diferencia que tenía con el resto era que tenía una consistencia colectiva agregada a las individualidades. Sabía a qué jugaba».
«El proyecto de las juveniles» de la AUF «es un área muy bien cubierta, no tiene fisuras. Certifica un tránsito acertado y es un signo de salud muy grande del fútbol uruguayo», destacó.
Ante una pregunta sobre su evolución desde que dirigió por última vez a una selección nacional, la chilena, entre 2007 y 2011, dijo que en ese lapso «cambiaron los futbolistas, los entrenadores, los recursos».
«Dentro de mis limitaciones siempre trato de incorporar lo nuevo, pero para eso necesito convencerme de que lo nuevo sustituye a algo anterior con una versión que mejora», subrayó.
«Nunca dirigí ninguno de los 20 grandes equipos del mundo ni me los ofrecieron, No soy uno de los grandes».
Marcelo Bielsa, seleccionador de Uruguay
No sólo fútbol
Pero el desembarco de Bielsa en Uruguay no estuvo motivado únicamente por razones deportivas. El Loco relató, en ese sentido, una «experiencia casual» que le ocurrió tiempo atrás, cuando viajó a Montevideo con su esposa para pasar un fin de semana.
«Finalmente nos quedamos dos meses» en la capital uruguaya, contó, y en ese lapso quiso trasladarse en transporte colectivo desde el barrio residencial donde estaba instalado hasta el centro de la ciudad.
«Fueron 45 minutos» en un autobús «repleto, un viaje incómodo», pero «viví un montón de episodios que me mostraron la civilidad, el respeto de la gente», contó.
El éxito, el fracaso
A lo largo de la conferencia, Bielsa desgranó conceptos sobre el éxito, el fracaso, la vanidad, y se preocupó por marcar constantemente («sin falsa modestia») que no pertenece a la élite de los entrenadores a pesar de que la prensa especializada se empeñe en ubicarlo en ese sitial.
«Nunca dirigí ninguno de los 20 grandes equipos del mundo ni me los ofrecieron, No soy uno de los grandes», afirmó, y observó que en los últimos 15 años «Uruguay tuvo una historia superior» a la suya bajo la conducción de Óscar Tabárez, que condujo a la Celeste entre 2006 y 2021.
«Hay un desequilibrio en contra mío y a favor de Uruguay», dijo, y entre los presentes en la conferencia de prensa fueron muchos los que al menos sonrieron.