En medio de la riqueza histórica y cultural de Conchagua, La Unión, todavía hay un artesano que talla la madera para transformarla en las máscaras que se usan en las diferentes danzas de El Salvador y cuyos orígenes se remontan a los años de la época de la Colonia.
José Mauro Reyes Hernández es el único y quizá el último artesano en ese municipio que se dedica a darle forma a la ma- dera para elaborar estos accesorios que les dan vida cultural a danzas como «Los moros y cristianos», «La sanjuaneada», «La vaquita», «El tigre y el venado», entre otras que aún se conser- van en el país.
Él heredó este oficio de su padre, Regino Hernández, quien por su edad (87 años) ya no puede desarrollar este tipo de ar- tesanías, pero él ha continuado este legado que ha perdurado por más de tres siglos, pero actualmente no hay nadie más in- teresado en aprenderlo y mantenerlo vivo en las próximas ge- neraciones.
«Yo comencé hace unos 12 años, al ver la demanda que venían a encargarle las máscaras a mi papá; entonces, dije que me iba a dedicar de lleno y la verdad es que el producto ha sido bien aceptado, porque he tratado la manera de ponerle mi inspiración en las réplicas de las máscaras originales que tienen siglos y que aún las conservan las familias descendientes de nuestros ances- tros», contó Reyes.
Algunas de las máscaras que elabora este artesano están inspiradas en perso- najes bíblicos como Goliat y Juan El Bau- tista, y cuyas danzas hacen referencia a pasajes del Antiguo Testamento, pero también hay máscaras sobre animales de la fauna silvestre que también forman parte de otras danzas históricas.
Cada una de las máscaras tiene su particularidad, por lo que este artesano primero trabaja en darle forma a la fiso- nomía del rostro, posteriormente hace un prelijado, luego le coloca una base para sellar poros, vuelve a lijar y a poner otra base para dar durabilidad, vuelve a lijar y por último pinta la obra acorde con los colores que se han usado históricamente. «Cuando uno tiene arte, se inspira, y en mi caso este producto lo elaboro de ma- dera reciclada; cuando en los aserraderos las personas dejan trozos de madera, yo los traigo, los arreglo y hago una medida de 25 centímetros y comienzo a darle for- ma al rostro, los ojos, la nariz, los labios y todo, hasta dar con la fisonomía de la máscara», dijo el artesano.
Debido al costo de algunos materiales que usa para la elaboración de estas más- caras, el precio de cada una de ella oscila los $40 y $50, pues también implican un trabajo que se puede extender durante cuatro días. Para encargos de este tipo de artículos, los interesados se pueden co- municarse al 7162-4985.