En el año 2005 se declaró el veintiséis de noviembre de cada año, «Día Nacional de los Salvadoreños en el Exterior». Desde entonces se ha celebrado ese día, pero sin temor a equivocarme, puedo decir que son pocos los compatriotas que viven fuera que se identifican con esa fecha.
Cuando fui designada como Viceministra para los Salvadoreños en el Exterior, me propuse trabajar para que los salvadoreños por todo el mundo, no solo se identificaran con una fecha, sino que se sintieran orgullosos de demostrar su cultura, sus raíces y de apoyar orgullosos al desarrollo de su país. Y reconocerles por ello.
Bajo el liderazgo del presidente Nayib Bukele, trabajamos 24/7 para brindarle a los salvadoreños en el exterior el lugar que siempre han tenido, pero solo ocasionalmente se les ha reconocido.
En palabras del presidente: «Este Gobierno tiene claro que nuestra diáspora, no solo representa el 30% de nuestra gente, sino que son y serán un pilar FUNDAMENTAL en el desarrollo de nuestro país».
Antes de continuar, quisiera referirme al término diáspora. De acuerdo a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), no existe una definición consensuada del término «diáspora», pero generalmente se utiliza para referirse a las personas que se identifican con un país, pero que viven fuera de él; incluyendo no solo a los emigrantes de primera generación, sino también a los hijos de estas personas nacidos en el extranjero.
Son los vínculos culturales, lingüísticos, históricos, religiosos o afectivos con su país de origen y el sentimiento de pertenencia, los elementos característicos que diferencian a las diásporas frente a otros grupos de migrantes.
Como lo he mencionado antes, yo fui parte de la diáspora, y doy fe que esos fuertes lazos de arraigo al país, en donde nuestra gastronomía, música, costumbres, modismos, salen a relucir orgullosas en nuestras reuniones.
Nos sentimos orgullosos de quienes somos, donde nacimos y lo demostramos en el lugar donde estemos.
Esa es la diáspora salvadoreña.
Muchas veces he contado que cuando estuve como Embajadora en Brasil traté de hacer sentir a mis compatriotas que visitaban la Embajada como en casa. De hecho, implementé el proyecto «Tu Embajada, Tu Casa», para que los salvadoreños que llegaban de lejos a hacer un trámite, pudieran quedarse a descansar, lo que se traducía en un gran ahorro para ellos.
Ahora como Viceministra para Salvadoreños en el Exterior, estoy dando seguimiento muy de cerca a nuestra red consular alrededor del mundo y trabajando por dar un salto de calidad.
Son $15 millones los que han sido destinados en el presupuesto 2021 para la modernización y mejoramiento de nuestros servicios consulares. Es importante brindar a nuestros hermanos salvadoreños la mejor atención y es por ellos que hemos luchado para poder darle las condiciones necesarias a nuestros cónsules y así brindar los servicios que nuestra diáspora merece.
Ese salto de calidad lleva consigo un enfoque de atención integral para potenciar la inclusión de la diáspora en su inclusión cultural, social, económica y política en los procesos de desarrollo en El Salvador.
Y es que estoy convencida que la atención que se merecen va más allá de facilitar un trámite. Es reconocerles ese lugar que siempre han tenido, que son un motor fundamental para el país.
Querida diáspora salvadoreña, cuenten conmigo. Esos cambios vienen pronto.
Este año hemos querido dar un realce y hemos denominado a noviembre como el Mes del salvadoreño en el exterior, destacando el legado de nuestros compatriotas en todo el mundo.
A ustedes quienes día con día levantan el nombre de El Salvador, querida diáspora, les invito a que sigamos trabajando juntos por nuestro país.