El dinero cumple cuatro funciones en cualquier economía mercantil: a) todos los precios de las mercaderías se valoran en dinero y por eso podemos contabilizar mercancías de distinto tipo (unidad de cuenta); b) medio de intercambio para realizar las compras y ventas; c) medio para pagar las deudas; d) depósito de valor. Para cumplir esas funciones, el dinero debe tener las siguientes características: a) ser estandarizado, sus unidades tienen que ser de igual calidad, sin existir diferencias físicas entre ellas; b) ser ampliamente aceptado y reconocible; c) ser divisible para permitir transacciones de poco valor monetario; d) ser fácil de transportar; e) debe ser duradero.
En la época moderna, las monedas que se han utilizado en El Salvador son el colón, el dólar, el UDIS (Unidad de Intercambio Solidario Suchitotense) y el bitcóin.
El colón fue emitido desde 1934 por el Banco Central de Reserva de El Salvador, se imprimía o maquilaba en Europa, originalmente tenía un tipo de cambio de 2.50 colones por un dólar, sufrió tres devaluaciones hasta llegar a 8.79 colones en el período 1994/2000; no obstante, fue una de las monedas más estables de América Latina.
El dólar se comenzó a utilizar en 2001, cuando el Gobierno del partido ARENA creó condiciones para que la Asamblea Legislativa aprobara en pocas horas que esta moneda tuviera circulación legal, de la misma forma que el colón; pero en la misma ley se dispuso que los bancos recogieran los colones y los cambiaran por dólares en el Banco Central. En pocas semanas los colones habían desaparecido de la circulación monetaria. La dolarización se ha expresado en un encarecimiento relativo de las exportaciones salvadoreñas, ya que los otros países que exportan esas mismas mercaderías continuaron devaluando su tipo de cambio en relación con el dólar.
En 2007, una ONG salvadoreña impulsó el comercio entre empresas solidarias y el uso de una especie de vale, llamada Unidad de Intercambio Solidario Suchitotense (UDIS) en Suchitoto, durante cinco años (2008/2012), como medio de intercambio comercial. El objetivo del sistema de vales era complementar la masa monetaria en dólares que circulaba en esa ciudad, en donde se había desarrollado un cierto turismo cultural después de la guerra civil. Se consiguió incrementar las ventas entre los negocios participantes, disminuir la fuga del recurso financiero hacia afuera de la economía local y promover una economía basada en la solidaridad. El mecanismo para distribuir los UDIS fue mediante créditos que la ONG proporcionaba a pequeños negocios de la localidad, compras hechas por las organizaciones de productores participantes y cambio de UDIS por dólares. El proyecto se descontinuó por dos razones principales: no creció el número de empresas participantes y la poca confianza en esa nueva moneda para intercambio de mercaderías a escala local.
En El Zonte, una playa salvadoreña popular entre los surfistas, una organización no gubernamental sin fines de lucro (Hope House) comenzó un proyecto para ayudar a un grupo de pescadores en 2019: capacitación a familias de bajos recursos económicos y dueños de algunas tiendas de la comunidad para conocer las ventajas y desventajas de utilizar una aplicación telefónica de bitcóin; hizo tres entregas de $40 convertidos en bitcóin a esas familias, con la condición de que nos los podían cambiar a dólares; los beneficiarios del proyecto han utilizado la aplicación telefónica para hacer algunas de sus compras con bitcóin; otros negocios de la comunidad comenzaron a aceptar esa moneda, que junto a las compras que hacían los turistas extranjeros han consolidado el uso del bitcóin en aproximadamente un 40 % de los establecimientos comerciales de la localidad.
Ahora que el bitcóin es una moneda de circulación legal en El Salvador, debe orientarse a la mayoría de la población para que utilice esa moneda para sus transacciones comerciales y que para guardar sus ahorros lo haga en monedas que tengan menos cambios de valor que el bitcóin.