Para los adultos mayores existe el riesgo de desarrollar conductas adictivas a fármacos debido a que piensan que entre más medicina toman o se les medican se aliviarán los síntomas de las enfermedades que padecen.
Sin embargo, y de acuerdo con la geriatra y gerontóloga de la Clínica del Adulto Mayor, Evelyn Henríquez, los abuelitos y abuelitas pueden volverse adictos a las medicinas y experimentar farmacodependencia.
Basada en preceptos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), explica que la dependencia de medicamentos o drogas, «causada por la interacción entre un ser vivo y el fármaco» tiene como base modificar el comportamiento de la persona, es decir provoca sensaciones no reales.
El consumo excesivo puede alterar el estado físico de la persona, hasta presentar impulsos incontrolables más allá de los efectos que produce el medicamento en sí, y debido a esto la persona puede aumentar el consumo de fármacos para aliviar las sensaciones desagradables que experimenta.
Por lo anterior, la especialista sugiere que un familiar cercano controle los medicamentos prescritos, y esto aplica para cualquier producto (químico o natural) que altere el sistema. También, dice, debe controlarse cualquier sustancia no infecciosa o no alimenticia que a través de procesos químicos producen cambios físico-mentales.
Sobre por qué un adulto puede desarrollar una farmacodependencia, la especialista detalló que no hay una causa específica, ya que pueden ser diversas.
«Por ejemplo, algunas personas ya tienen los genes de que van a tener mayor tendencia a ser más dependiente de diferentes drogas o medicamentos; pero también tiene mucho que ver la acción de los medicamentos y la cantidad que se le da al paciente».
Aseguró que hay una mayor dependencia del fármaco cuando un paciente padece de enfermedades mentales o crónicas, por ejemplo, como cuando hay un trastorno de ansiedad, depresión, estrés, déficit de atención y otros padecimientos que hacen que la persona tome sin control la medicina.
En los adultos mayores el tomar medicamento por un tiempo prolongado genera diversos problemas dependiendo de cuál es el tipo de fármaco que se medique en relación a su estado de salud.
«Recordemos que algunos adultos mayores pueden ser más sanos que otros, sin embargo, algunos medicamentos pueden tener más efectos secundarios pronunciados debido a que en los adultos mayores existe un cambio en su metabolismo y la función de los órganos puede aumentar los efectos secundarios de un fármaco», dijo.
Algunos de los efectos secundarios más comunes que se presentan son mareos, confusión, alucinaciones, problemas gastrointestinales (diarrea y náuseas), sangrados y laceraciones.
Henríquez sostiene que algunos de los medicamentos que pueden provocar una farmacodependencia son los que se recetan para los dolores crónicos.
«Los adultos mayores tienden a padecer de diversos dolores crónicos en articulaciones, puede ser artritis, osteoporosis. Otros como la depresión, los trastornos de ansiedad, del sueño y neurológicos también son padecimientos que pueden generar dependencia de los medicamentos ya que muchas veces se debe subir las dosis», dijo.
Agregó que en enfermedades como las infecciosas, donde se recomienda el uso de antibióticos, también puede originarse una farmacodependencia debido a lo prolongado del tratamiento.
¿Cómo evitar la farmacodependencia?
Uno de los puntos claves para evitar la farmacodependencia en los adultos mayores se logra cuando tiene un médico de cabecera que les controle la frecuencia y las dosis de cada uno de los medicamentos. Y los familiares deben garantizar que esto se cumpla.
«Cuando un adulto mayore visita varios médicos genera una polifarmacia y es ahí es donde se puede entrar a la farmacodependencia. Muchas veces lo que pasa es que, si hay una sobre indicación, hay pacientes que pasan consultas por una enfermedad con diversos médicos y tienden a tomarse todas las dosis que le han recetado cada uno», explicó.
Otra acción a tomar es la supervisión de un profesional (enfermera) para que revise de forma periódica el medicamento y así asegurarse que el adulto mayor, a pesar de ser tratado en diversas ramas médicas, evite riesgo de sobredosis o dependencias.
«Para los adultos mayores siempre es importante que un geriatra, que somos los especialistas, estemos siempre supervisándolos para que no haya una sobredosificación y una polifarmacia. En cuanto a la revisión periódica de los medicamentos, se debe ver si es el adecuado para el adulto mayor y si es necesario ajustar las dosis», dijo.
Henríquez detalló que hay exámenes clínicos que miden la cantidad de medicamentos que se encuentran en la sangre para así determinar si el consumo es excesivo o no.
«Esos análisis se realizan con la finalidad de que la cantidad del medicamento sea segura y eficaz. Algunos de los medicamentos que pueden ser monitoreados son los antibióticos, anticonvulsivos, autoinmunitarios y para el trastorno bipolar», dijo.
Agregó que es importante la educación del paciente y a la familia, porque hay casos que, en ocasiones, no son los adultos mayores los que toman por sí solos los medicamentos, sino que son sus familiares quienes los proveen.
Debido a lo anterior se debe de hablar con los familiares sobre los efectos secundarios de los fármacos, la importancia de seguir las indicaciones del médico, sobre todo asumir una responsabilidad consciente en el manejo de los medicamentos. También se debe procurar un estilo de vida saludable en el adulto, que incluya una dieta equilibrada y ejercicios físicos.
También es esencial evitar la automedicación, ya que los productos de venta libre o sin receta dan una falsa sensación de seguridad, por lo que se desconocen los riesgos asociados por el consumo excesivo o por la falta de información sobre los efectos secundarios y la interacción con otros medicamentos. «Los medicamentos deben ser recetados o indicados por un médico ya que se deben conocer con exactitud las medicinas que consume el paciente, sean naturales o químicas», indicó.